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¿Por que los insectos no atacan a las plantas sanas? 6ta parte

Dr. Tomas Dykstra

Todos los insectos prefieren nutrientes disueltos, si pueden conseguirlos.

En la siguiente imagen podemos ver diferentes tipos de azucares.

En la parte superior izquierda tenemos tres ejemplos de azúcares de seis Carbonos (hexosas): fructosa, galactosa y glucosa. Estos monosacáridos son algunos de los azúcares básicos para la vida. La fructosa es muy común en muchos frutos. La glucosa es la principal molécula que utilizamos para la digestión, en la que estas unidades individuales se dividen en sus seis componentes de Carbono.

La sacarosa es un disacárido, es decir, está formada por dos monosacáridos y en contraste con los azúcares simples que están formadas por 6 átomos de Carbono, la sacarosa tiene 12 atomos de Carbono.

Del lado inferior izquierdo de la imagen vemos a la rafinosa, que es un trisacárido, y en el lado derecho está la celulosa.  La celulosa no es un monosacárido, un disacárido o un trisacárido, es un polisacárido que está compuesto de múltiples unidades de glucosa. Previamente mencionamos que la glucosa es el azúcar principalmente utilizado para nuestra digestión, por consiguiente, la celulosa debería ser extraordinariamente digerible o utilizable para nosotros, sin embargo, no es asi, no podemos digerir la celulosa. Si pudiéramos descomponer la celulosa en sus unidades de glucosa, entonces seríamos capaces de digerir un árbol, pero eso no es posible. Esto se debe al tipo de enlace con el que están unidas las moléculas de glucosa que la conforman. Se trata de un enlace glucosídico beta 1-4, y dado que no podemos romper ese tipo de enlace, no podemos comer celulosa, ni obtener energía a partir de ella.

Esto nos indica que asi como algunas cosas no son digeribles para los seres humanos, algunas otras tampoco son digeribles por los insectos.

Cerca del 50% de los azucares presentes en la savia de las plantas, que son producidas mediante el proceso de fotosíntesis, se envían a las raíces y son exudados al suelo. Es importante mencionar que este porcentaje puede variar, sin embargo, esto es parte de la razón por la cual podemos tener una planta sana.

La planta está fotosintetizando y produciendo azúcares como principal producto derivado de este proceso. Muchos de estos azucares están siendo utilizados por las hojas, las flores y el tallo, pero también son enviados a las raíces, en parte para que sean utilizados por ellas y en parte para ser exudados al suelo, en donde alimentarán a los microorganismos que lo habitan. Debemos saber que una planta sana necesita cuidar de si misma, tanto de su parte aérea como de la que se encuentra debajo del suelo, y necesita ayudar a los microorganismos que también van a ayudarla.

Asi pues, obtener azúcares es importante y por consiguiente la fotosíntesis es importante; y si la fotosíntesis es importante, significa que los grados Brix también lo son, ya que son una forma de medir indirectamente la tasa de fotosíntesis de la planta. En otras palabras, la estamos evaluándo de manera indirecta al medir el producto que resulta del proceso.

El siguiente grafico “Grados Brix de la hoja” nos muestra indicadores generales, con el propósito de que, ya sea que estemos comenzando a manejar los Brix, o bien que ya tengamos suficiente experiencia en ello, podamos tener una idea de lo que significa tener 5 Brix, versus 11 Brix, versus 14 Brix, por ejemplo, es decir, ser capaces de identificar lo que representan estos valores.

Podríamos decir que hay 20 niveles diferentes o más, de acuerdo a los valores que los Brix pueden alcanzar, sin embargo, en el 99% de los casos no vamos a superar los 20 Brix en una hoja, este valor generalmente se asocia con los frutos.

Para mayor claridad agrupamos los valores de grados Brix en 4 niveles que se muestran en diferentes tonalidades de color verde.

Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

                                                                                                                                   Webinar hosted by Regenerative Ag. John Kempf

¿Por que los insectos no atacan a las plantas sanas? 5ta Parte

(Dr. Tomas Dykstra)

En las siguientes imagenes tenemos otra forma de explicar lo que sucede en el proceso de digestión de los insectos. La Figura 1 es la representación de un nucleótido típico o proteína, compuesta de 33 aminoácidos. Todos están configurados en una especie de rieles, esto es, de manera lineal, y se puede diferenciar entre los aminoácidos que están em color amarillo versus los que están en azul.

Este nucleótido de proteína de 33 aminoácidos está completo, si pudiéramos separarlo, entonces tendríamos una proteína incompleta. Una proteína incompleta está parcialmente digerida. Si está completa, no está digerida, pero cuando está dividida, se podría decir que está digerida, y esto ocurre gracias a las enzimas.

Si tenemos una enzima, seguramente se requiere un cofactor (Figura 2). Digamos por ejemplo que necesita Manganeso, que dicha enzima solo funciona con Manganeso. Una vez que lo tiene, romperá el nucleótido en un punto especifico y lo separará. En cierto modo, de esta forma es como se produce la digestión dentro de nosotros o dentro de cualquier insecto. Hay una diferencia entre una proteína incompleta y una proteína completa.

Tenemos otra situación con las proteínas, digamos que la proteína está completa pero no se plegó correctamente. Parte del plegamiento que ocurre en las proteínas es ocasionado por la presencia de un puente disulfuro. Un puente disulfuro se produce entre dos residuos de cisteína de una proteína, o un aminoácido de un polipéptido, lo que hace que la proteína se pliegue de una forma especifica.

Cuando una proteína se pliega, siempre que lo hace en la forma correcta, también se considera como una proteína completa. En otras palabras, puede tener todos los aminoácidos, solo que ahora está completamente plegada.

En el caso que se ilustra en la Figura 3, la proteína está plegada correctamente y se ha formado el puente de cisteína. Digamos, por ejemplo, que en este caso se requiere del Zinc como cofactor para que esta enzima se doble y se forme el puente de cisteína.  

Estas proteínas son importantes para el proceso de digestión de los insectos y la forma como se pliegan también lo es, ya que un plegamiento adecuado es totalmente necesario para que funcionen correctamente.

Ahora bien, la molécula de hemoglobina contenida en los globulos rojos de nuestro torrente sanguíneo, se compone de la unión de cuatro grupos hemo. Para mayor claridad, en la Figura 4 están codificados por colores a fin de mostrar las cuatro unidades individuales que componen la molécula.

La posibilidad de digerir esto se vuelve más complicada, dado que ya no estamos solamente descomponiendo aminoácidos en el nivel primario, ahora estamos en el nivel secundario, terciario ó cuaternario, y los insectos tienen que ser capaces de descomponer todo este tipo de cosas, sin embargo,  muchos de ellos no son buenos para esto, por lo que prefieren los nutrientes disueltos.

Supongamos que fuiste al hospital y te extrajeron las amígdalas, por lo que no pudiste comer bien, o que acabas de someterte a una cirugía y te tienen que poner nutrientes disueltos por via intravenosa. En ocasiones solo te pondrán agua, a veces será una solución salina y otras veces realmente pondrán nutrientes en esa solución. En este caso, los nutrientes deben estar disueltos porque van directamente a tu torrente sanguíneo. Si no están disueltos, si por decir, alguien pone una hamburguesa con queso o una rebanada de pizza en esa bolsa de suero, vas a tener problemas porque tu sistema circulatorio no puede digerir los alimentos en esta forma, deben disolverse para que entren en el torrente sanguíneo.

Esta situación es muy similar a lo que ocurre con los insectos.

Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

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¿Por que los insectos no atacan a las plantas sanas? 4ta Parte

(Dr. Tomas Dykstra)

Las mediciones obtenidas con un refractómetro de Brix son un indicador confiable. Para quienes no están familiarizados con este instrumento, hay dos tipos de refractómetros: el manual (imagen del lado izquierdo), en el cual se coloca una gota de savia en la pantalla y se observa a través del ocular para obtener la lectura, y el digital, que tiene mayor tecnología y nos da la posibilidad de hacer una medición mas precisa, por ejemplo, diferenciar entre 12.2 y 12.3 brix; lo que no es tan necesario porque si tenemos esos valores, podemos decir que ya ganamos.

En el refractómetro digital de la imagen del lado derecho se observa una lectura de 12.3 brix, que es una forma de indicarnos que tenemos alrededor del 12% de azúcar. Esto nos sa una idea del nivel relativo en la planta y nos lleva a preguntarnos: ¿si el valor de Brix está por encima de 12, la planta esá sana?, y ¿si está por debajo de 12, no está sana?

Aunque este es un buen punto de partida, realmente hay algo mas que tener ese valor de 12.

Hay diferentes tipos de insectos, por ejemplo, los saltamontes, que se alimentan de las plantas por razones muy diferentes a las de los áfidos. De ahí que no podemos usar la misma escala para los saltamontes y para los áfidos, o para toda la gama de insectos que existen, es algo más complicado. Necesitamos conocer un poco más sobre los insectos para entender por qué hay diferentes niveles de Brix para cada uno.

La mayoría de los insectos tiene el sistema digestivo del saltamontes, esto es que tienen un tubo dentro de un tubo. Es decir, el sistema digestivo es un tubo, de hecho, el saltamontes también se considera un tubo. Cuando la comida pasa por la boca, y es llevada al sistema digestivo, avanza en una sola dirección; sigue su camino hacia el ano y sale por la parte trasera una vez que el saltamontes u otro insecto ha utilizado lo que necesita.

Este sistema digestivo unidireccional es el que tienen la mayoría de los insectos, sin embargo, no es el caso de los áfidos. Los homópteros (en los que se incluyen los áfidos) tienen un sistema un poco diferente. La comida entra y avanza de forma unidireccional después de que se ingiere, como lo indican las flechas en la siguiente ilustración, pero sucede algo extraño, este sistema digestivo se pliega sobre sí mismo, lo que no ocurre con el de los saltamontes y la mayoría de los otros  insectos. Debido a esto, podemos decir que hay un mecanismo establecido para eludir muchos de los nutrientes que están ingresando, de esta forma, los nutrientes que son requeridos, pueden absorberse directamente en el intestino posterior y el resto salir por la parte trasera como desecho. Esta es la razón por la que los áfidos y otros homópteros excretan principalmente azúcar.

Si estacionas tu automóvil debajo de un árbol en el que haya muchos áfidos, estos estarán defecando una gran cantidad de azúcar sobre el auto, y lo dejarán muy pegajoso.

Ahora bien, la melaza secretada por los pulgones es como un manjar para muchas hormigas, es decir, les gusta obtener el excremento que está saliendo de la parte trasera de los áfidos (pulgones). La razón es que una gran cantidad de azúcar pasa directamente a a la parte posterior del intestino (la mayor parte del azúcar) y luego sale del insecto para no saturarlo, ya que, si toda esa azúcar entra en el pulgón, sobrecargará su sistema, será absorbida, y lo matará en unos cuantos segundos y cuando digo segundos, me refiero a menos de un minuto. Si esto ocurre, vamos a tener lo que se conoce como pulgón confitado. Los pulgones confitados están llenos de azúcar, podemos verlos sobre la planta, están muertos, bien conservados y aparentemente alimentándose de ella, pero en realidad no lo están haciendo.  Esto sucede cuando se ven abrumados temporalmente por una afluencia de azúcar. En otras palabras, una planta es capaz de obtener ciertos nutrientes, aumentar sus niveles de azúcar y luego ¡boom!, sobrecargar al áfido. Puede matarlo si éste no es capaz de retirarse lo suficientemente rápido. A este sistema digestivo se le conoce como cámara de filtro de los homópteros y se basa en el hecho de que se pliega sobre sí mismo, lo que permite que el agua, el azúcar y otras cosas que el pulgón no desea, entren en su cuerpo.

Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

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¿Por que los insectos no atacan a las plantas sanas? (Dr. Tomas Dykstra) 3ra Parte

¿Cómo saber si una planta esta sana? ¿Se puede saber a simple vista si la planta que se muestra en la siguiente imagen está sana o no?

Para quienes opinan que ésta planta está sana, la pregunta sería ¿por qué lo consideran así? ¿pueden explicar científicamente porqué? Y para quienes opinen que no lo está, serían las mismas preguntas, ¿por qué no está sana?, ¿pueden explicar por que consideran que no lo está?

Estos cuestionamientos nos llevan a darnos cuenta de que debe haber alguna manera de determinar si una planta está sana o no, especialmente cuando no tenemos insectos que nos sirvan como indicadores; y seria muy bueno que pudiéramos demostrar eso científicamente.

Entonces, ¿que constituye una planta sana? Hay diferentes opiniones al respecto. Hay quienes piensan que la altura tiene que ver con la sanidad de una planta, y lo explican diciendo qué si una planta es alta, es porque está creciendo bien, lo cual significa que está sana; mientras qué si tiene un crecimiento atrofiado, entonces no esta sana, de ahí que observando ésta característica podemos saber la condicion de la planta. En base a lo anterior se podría afirmar que todos los árboles son más sanos que todos los arbustos, lo cual no es cierto. Por lo tanto, esto no es aplicable para todas las plantas y no podemos tomarlo como un indicador.

Algunos diran que si una planta crece rápido entonces es una planta sana, y qué si hay un retraso en su crecimiento, entones no está bien. Si ese fuera el caso, entonces el bambú sería una de las plantas más sanas que existen, y aunque crece muy rápido, sabemos que no necesariamente es asi. Tampoco podemos usar este criterio como un indicador confiable

¿Que hay respecto al color de la planta? Con frecuencia surge la idea de qué si está verde ó mejor aun, si tiene un color verde oscuro, se trata de una planta sana. Es decir, si las plantas están bonitas y verdes, si tienen un color verde oscuro bonito, no verde claro, si no hay clorosis, entonces ya tenemos un indicador de sanidad. Sin embargo, esta idea también se viene abajo, dado que se puede aplicar fierro a una planta y enverdecerla temporalmente, lo que también se logra aplicando algo de Nitrógeno. No obstante, podemos evaluar a la planta y darnos cuenta de que está estresada, asi que, aunque hayamos logrado enverdecerla temporalmente, tampoco necesariamente significa que la planta esté sana.

El tema de la floración suele mencionarse mucho, especialmente por parte de aquellos agricultores que están interesados ​​en ella, pero esto solo aplica para las angiospermas. Hay mucho más que eso, necesitamos mucho más que simplemente el hecho de florecer para considerar a una planta como sana. El numero de flores también es un indicador, pero ese es un tema para otra ocasión.

Respecto al sistema de raíces (ahora nos estamos moviendo hacia el suelo), si tiene un buen sistema de raíces, entonces es una planta sana. Estrictamente hablando sí lo es, pero no todas las plantas tienen el mismo sistema de raíces, algunas lo tienen un poco más profundo que otras. Los árboles frecuentemente tienen una raíz principal que puede profundizar de 50 a 100 pies (1.5 a 3.0 m) y el simple hecho de tener una raíz profunda, no significa que estén mas sanos, por lo tanto, esto no es un buen indicador. En otras palabras, tampoco podemos usar a las raíces como un indicador confiable de la sanidad de las plantas a pesar de que esta característica tiene su relevancia.

El crecimiento uniforme es otra característica que los agricultores consideran como un reflejo de la sanidad de las plantas. Obviamente ellos quieren cosechar todo al mismo tiempo y si todo está uniforme, entonces creen que tienen un cultivo sano, pero si está desigual, y tienen que salir dos tres o cuatro veces a cosechar, entonces piensan que hay un problema. Honestamente no creo que el hecho de que todas las plantas estén creciendo uniformemente sea un claro indicador de que están sanas, se necesita algo mas que eso.

Muchas personas se acercan para decirme que saben que sus plantas están sanas, simplemente porque las cultivan en su jardín o en su pórtico. Desde luego que este no es un indicador confiable porque lo que esta en el jardin o el pórtico de alguien realmente no va a ayudar en el jardín, el pórtico o el terreno de otra persona, así que siento decirles que eso tampoco es suficiente.

En realidad, la forma más rápida de determinar la sanidad de las plantas es analizar su savia mediante un refractómetro. Eso es lo mas rápido. ¿Que tan rápido? Si se tiene el equipo, se puede obtener una respuesta en unos minutos.

Debido a que es la forma más rápida, es un buen comienzo confiable. No es el final de todo, no te va a decir todo lo que necesitas saber sobre tu planta, pero en cuestión de minutos te dirá si está sana o no.

A esta herramienta se le conoce comunmente como refractómetro de Brix. Se le llama asi porque habitualmente la gente lo está usando precisamente para medir los grados Brix, que es el nivel de azúcar.

La razón por la que se usan los Brix, es que, aunque se están cuantificando los solidos solubles, el refractómetro en realidad esta midiendo la refracción de la luz, lo que está haciendo principalmente, y digo principalmente, es medir el azúcar. De ahí que automáticamente usamos los Brix como un indicador de su presencia.

En el internet hay quienes dicen que hay mucho más que azúcar, pero en realidad no hay mucho más, ciertamente es una medida del contenido de ésta, y algunos otros minerales son un componente menor de ella.

Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

                                                                                                                                   Webinar hosted by Regenerative Ag. John Kempf

¿Por que los insectos no atacan a las plantas sanas? (Dr. Tomas Dykstra) 2da Parte

La mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, que frecuentemente encontramos alrededor de frutas maduras y verduras muy maduras, tampoco compite con nosotros por alimento, ya que cuando vamos a consumir algo, preferimos una fruta o una verdura fresca, mientras que Drosophila, solo busca productos demasiado maduros.

Cuándo las personas están en la tienda de comestibles y ven algunas de éstas moscas volando, digamos que alrededor de los tomates, seguramente piensan: “Oh no!, no voy a tomar de esos tomates porque tienen moscas por todas partes”, sin embargo, la mayoría de los tomates probablemente estén bien. Si los removemos un poco (yo lo hago), podremos encontrar él o los tomates demasiado maduros que las moscas están buscando. De tal manera qué si vemos unas cuantas moscas por ahí, una vez que encontremos ese tomate sobremaduro, veremos que fácilmente podría haber de 20 a 40 moscas en él. Esto es un indicador de que van específicamente tras el fruto demasiado maduro y no tras los que llamamos “tomates buenos”, que posiblemente estarían en la parte superior.

También hay insectos en los productos almacenados, los cuales solo atacan la comida una vez que esta comienza a “morir” y lo pongo entre comillas porque cuando sacas la comida del campo y la colocas en un almacén, en una tolva de almacenamiento de granos o en un silo, se podría decir que en ese punto los alimentos están pereciendo, y es cuando este tipo de insectos entran en acción.  Hay cursos de entomología a nivel universitario, que se enfocan específicamente en este grupo de insectos, entre los que se encuentran, la polilla india de la harina (Plodia interpunctella), que es la plaga número 1 de los productos almacenados en el mundo, el gorgojo castaño de la harina (Tribolium castaneum) y el gorgojo de dientes de sierra de los granos (Oryzaephilus surinamensis). Todas estas importantes plagas de los productos almacenados, no los atacarán en el campo, es decir, la mayoría de las veces no lo harán, hay muy pocas excepciones.

Debemos tener claro que los insectos no están compitiendo con nosotros y que ellos solo buscan comida deteriorada.  Algunas personas pueden estar pensando que estamos siendo selectivos en los ejemplos que hemos mencionado y que esto no es lo que ocurre realmente. En otras palabras, tengo una granja y tengo insectos atacando mis cultivos, y eso es en lo que quiero enfocarme, no en las termitas, ni en las cucarachas ni en Drosophila melanogaster, quiero concentrarme más en las plantas de cultivo. Al respecto podemos decir que el mismo planteamiento sigue siendo válido “Los insectos solo persiguen plantas no aptas, nutricionalmente pobres, muertas o moribundas, al igual que algunos de los alimentos que acabo de mencionar»

Para respaldar que esta idea (mi punto de vista), aquí tenemos una fotografíaque tome cuando estaba en Hawaii.

En la selva tropical, tenemos mucha vegetación. Ya sea que estés en Hawaii o en América del Sur, hay una gran cantidad de vegetación, y si andas por ahí (y lo he hecho), puedes encontrar muchos insectos. Por eso hago las siguientes preguntas: ¿Por qué los insectos no han diezmado la selva tropical? ¿Por qué no se lo han comido todo? ¿Que es lo que en realidad les impide en una temporada, dos temporadas como máximo, destruir por completo y comerse cada hoja de la selva tropical?, porque no lo han hecho.

Si vas a la selva tropical, no importa si está en Hawaii o cualquier otro lugar, verás que la mayoría de las plantas están creciendo muy muy bien y hay muy pocos insectos alimentándose de ellas. Hay algunos insectos que se alimentan de ciertas plantas, pero en su mayoría no lo hacen.

¿Por qué ocurre eso? Precisamente estoy señalando que es porque los insectos son muy, muy selectivos. Sólo van en busca de ciertas plantas que desean comer y dejan de lado otras, las cuales no quieren tocar. Tenemos algunas plantas hermosas en Hawai, la selva tropical permanece prácticamente intacta y esa es parte de la razón.

Ahora bien, ¿qué constituye una planta sana?, ¿cómo saber que una planta está sana? Bueno, mencionamos que ya hay un indicador que es el insecto. Cuando el insecto está atacando tus plantas, entonces tienes idea de que no están sanas. Pero que pasa si no tenemos esos indicadores. Digamos que se están aplicando insecticidas y estamos matando a los insectos, por lo que no podemos usarlos como indicadores. ¿Entonces como podemos saberlo?

Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

 Webinar hosted by Regenerative Ag. John Kempf

¿Por qué los insectos no atacan a las plantas sanas? 1era Parte

(Dr. Tomas Dykstra)

En esta ocasión el tema a tratar es acerca de las lecturas de Brix de la hoja y de como éstas se relacionan con los insectos que se alimentan de las plantas.

Tom Dryska es un entomólogo que ha seguido su propio camino ignorando la ruta por la que los demás han continuado, y que constantemente les está recordando que van por el camino equivocado, de lo cual estamos muy agradecidos.

De hecho, Tom ha continuado con la investigación de Phillip Callahan, la ha impulsado por su cuenta y la ha ido llevando a una mayor profundidad, y esto es lo que abordaremos esta vez.

Los Brix de la hoja es una medición con la que tal vez algunos de ustedes están familiarizados y que hace referencia a ese número 12 que ha circulado por Internet como el número mágico a alcanzar (mas de 12 versus -12), sin embargo, es importante aclarar que realmente va mas alla de eso.

Partimos del siguiente planteamiento “Los insectos solo se alimentan de alimentos que se consideran no apropiados, nutricionalmente pobres, muertos o en proceso de descomposición”

Esto es algo que algunos de ustedes seguramente han escuchado anteriormente, y son los que probablemente van a aceptar esta idea. Otros quizá estén pensando “fui a la escuela y no aprendí eso “, “nunca antes he oído hablar de algo como eso”, “¿de que está hablando este tipo?” ó “esta bien que tiene 3 grados académicos en entomología, pero no se si realmente tiene una comprensión sólida de este tema”.

De lo que se trata todo esto, es de que muchas personas sienten o creen que realmente estamos compitiendo con los insectos por comida, y yo afirmo que no es así. Para explicar más adecuadamente mi punto de vista, no hay mejor lugar para comenzar que el estiércol de elefante. Ciertos escarabajos peloteros se alimentan de estiércol de elefante. Evidentemente éste no es comida para mi, de ahí que no estoy preocupado por ello en lo mas minimo. Asi, nuevamente quiero señalar que los insectos se están alimentamdo de algo que se considera inadecuado, nutricionalmente pobre, muerto o moribundo, por lo que debe quedar claro para todos que estamos tratando con un grupo de seres vivos que ciertamente no compiten con nosotros.

Lo mismo ocurre con las termitas subterráneas o incluso con las que pueden encontrarse en la madera seca o húmeda. El hecho es que están comiendo madera, y tampoco están compitiendo con nosotros. Ninguno de nosotros sale y comienza a roer árboles, por lo tanto, ésta también es otra fuente de alimento por la que no estamos compitiendo con los insectos.  

Si eres del sureste de los Estados Unidos, especialmente de Florida y de Louisiana, sabes acerca de los “lovebugs” o “insectos del amor” (Plecia nearctica). Estos dípteros son conocidos porque normalmente se encuentran juntos (en pareja), lo que ayuda a explicar su nombre. Con frecuencia se localizan esparcidos en los automóviles, les atraen las carreteras y se alimentan de la vegetación en proceso de descomposición, aquí la palabra clave es pudrición.

Si bien es cierto que hay muchos tipos de insectos allá afuera, muchos de ellos se alimentan de vegetación en descomposición y esto es lo más importante. La mayoría de nosotros preferiríamos consumir vegetación que sea saludable o que al menos tenga un aspecto saludable. Este no es el caso de los “lovebugs” ni de muchos otros insectos que solo se alimentan de vegetación en deterioro, y no creo estar sorprendiendo a alguien al hacer estos comentarios.

Otro caso es el de las polillas de la ropa. Hay 3 o 4 especies que la atacan y la destruyen, y tampoco estamos compitiendo con ellas porque no comemos este tipo de cosas. Podemos estar pensando: “¡mi abrigo!”, “¡mi chamarra!” pero ninguno de nosotros estará pensando “¡oh no, ahí va mi cena de esta noche!”.

Hay escarabajos derméstidos y muchos muscoides que se encargan de limpiar muy bien los huesos de los restos de seres vivos.  De hecho, en los museos, los derméstidos generalmente se mantienen para ese propósito. Asimismo, se comen a los insectos muertos, por lo que hay que proteger nuestras coleccionesde ellos.

En la siguiente imagen vemos como están limpiando el cráneo de lo que podría ser un venado, un antilope o algo asi, preparándolo para exhibirlo en un museo, dado que son muy eficientes haciendo eso. Una vez mas esto no es algo que yo quiera estar royendo.

En cuanto a las moscas, muchas de ellas ponen huevos solamente en la carroña, esto es, solo en los animales muertos. Son muy comunes en torno a la carroña que generalmente vemos a un costado de la carretera. Después de que un animal muere, no tomará más de cinco minutos para que empiecen a aparecer las moscas, llegan muy rápido. En este caso podríamos pensar, “si se trata de un animal recién muerto, yo puedo comerlo”, sin embargo, hay que recordar que éstas moscas se están comiendo al animal a medida que continúa descomponiéndose, lo cual a veces les llevará mas de una semana. De nueva cuenta, no estamos compitiendo con los insectos.

¿Que hay respecto a las cucarachas?, ¿necesito decir más? ¿alguien cree que deberíamos estar hurgando detrás de nuestro refrigerador comiendo cualquier resto de comida que podamos encontrar? No, pero las cucarachas si lo hacen. Entre otras cosas, es de lo que les gusta alimentars, frecuentemente las encontramos en la cocina en busca de cualquier alimento que puedan encontrarse. Nuevamente lo señalamos, las cucarachas no están compitiendo con nosotros.

   Fuente: “Why insects do not (and cannot) attack healthy plants” Dr. Thomas Dykstra

                                                                                                                                   Webinar hosted by Regenerative Ag. John Kempf

CONOCER LOS SUELOS PREVIENE DESASTRES NATURALES

(Santillán, 2015)

Pocos consideran el tipo de suelo antes de construir una vivienda, de cortar la vegetación que de él nace o de modificarlo por actividades humanas. Este desconocimiento puede exponer a la población a inundaciones, hundimientos, derrumbes, e incluso problemas de salud, si hay metales pesados depositados en el terreno.

Los asentamientos humanos generalmente se establecen sobre los suelos más productivos y cada vez se construyen más casas en lugares donde se debería seguir cultivando o se planean desarrollar grandes infraestructuras sobre zonas que se inundan. La geografía de los suelos sirve para prevenir este tipo de desastres.

El doctor Francisco Bautista Zúñiga, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM, explicó que conocer el tipo de suelo permite inferir qué desastres naturales se pueden producir. Asimismo, elaborar mapas de los suelos que existen en el país permitiría saber qué ocurre en un tipo de suelo que es modificado y si hay alguna repercusión en el de otro sitio.

Cabe destacar que la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura declaró el 2015 como el Año Internacional de los Suelos con el fin de crear conciencia sobre su importancia en la vida humana y reconocer su valor en la producción de alimentos, la mitigación del cambio climático y el desarrollo sostenible.

¿Qué es el suelo?

México es un país megadiverso y de acuerdo con la CONABIO, junto con China, India, Colombia y Perú, es uno de los cinco en el mundo que tienen alrededor de 70% de la biodiversidad biológica del planeta.

Los distintos tipos de clima que imperan en nuestro país, así como las diversas especies de plantas y animales tienen una estrecha relación con que somos un país edafo-diverso, es decir, que existen muchos tipos de suelo lo largo del territorio nacional.

El suelo es una capa delgada en donde interaccionan la atmósfera (aire), la hidrósfera (agua) y la litosfera (roca) y que por encima contiene a la biota.

Son habitantes de los suelos las bacterias, los organismos unicelulares, así como la micro, macro y megafauna, además de plantas y hongos. Se dice que el suelo gana materiales con los residuos de las cosechas o al caer las hojas de las plantas. O que los pierde cuando caen lluvias muy fuertes y hay un lavado de este.

Asimismo, la transformación y la translocación de los materiales son funciones importantes que se dan en los suelos. La primera ocurre cuando algunos residuos de plantas de convierten en humus. La segunda se produce al moverse los materiales de los suelos de un lugar a otro.

El perfil del suelo se forma por una conjunción de capas horizontales producto de distintos factores como la roca, el clima, el relieve, el tiempo, los organismos y la actividad humana. De esta manera, de acuerdo con el doctor Bautista Zúñiga, en México existen distintos tipos, pero el que predomina es el Leptosol, que son suelos de poca profundidad propios de cordilleras y sierras.

También existen los Vertisoles, que son importantes para la agricultura; los Antrosoles y Tecnosoles, que son hechos por el hombre; los Histosoles, que tienen mucha materia orgánica y son propios de los pantanos, y los Arenosoles, que predominan en las costas, entre otros.

El suelo tiene distintas funciones ambientales: es útil en la producción de alimentos, de medicinas que se crean porque los microrganismos que las producen vienen del suelo, además de que sirve para tener agua limpia, evitar desastres naturales, almacenar Carbono y para generar aire limpio.

Los asentamientos humanos han contaminado los suelos. Para recuperarlos existen distintos métodos, siendo uno de ellos la extracción de metales pesados con plantas acumuladoras, las cuales absorben los metales mediante las raíces y limpian el suelo. Otro método que es utilizado en la contaminación del suelo por hidrocarburos usa microorganismos para fertilizar el suelo.

Conocer los suelos

El doctor Bautista Zúñiga comentó que a pesar de que el suelo tiene una importante participación en la producción de fibras, materiales, alimento, agua y aire, y de ser un destacado reservorio de Carbono (elemento que participa en el calentamiento global) al tener tres veces más que la vegetación, no es conocida su importancia por la población general.

Refirió que a diferencia de México existen países en donde se tiene un mayor conocimiento de los suelos por parte de la comunidad. Además de que la enseñanza sobre suelos no ha permeado aún en todos los niveles académicos.

Sin embargo, naciones como Rusia, Holanda, España, Estados Unidos, Venezuela o Cuba cuentan incluso con museos de suelos.

“Cómo vamos a querer y conservar lo que no conocemos. Es importante que toda la población sepa sobre qué tipo de suelo está construida su casa, cuáles son los suelos más productivos, cuáles son los que se inundan y los que no son seguros para la vida humana y esto lo tenemos que enseñar desde la educación primaria”, finalizó el universitario.

Referencias:

Santillan, M. L. (3 de Agosto de 2015). Geografía de los suelos previene desastres naturales. Obtenido de Gaceta UNAM: http://ciencia.unam.mx/leer/476/Geografia_de_los_suelos_previene_desastres_naturales

Tipos de Suelo

LA PRODUCCIÓN DE CARNE. NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE 3ra Parte

(Abbruzzini, y otros, 2018)

Los sistemas silvopastoriles

Los sistemas silvopastoriles son una categoría de agroecosistemas que incluyen árboles y arbustos nativos en una matriz de pasturas. El resultado es un agroecosistema que brinda una mejor y mayor variedad de servicios ambientales. Además, gracias a que los suelos están mejor conservados, estos agroecosistemas tienen mayor capacidad para capturar Carbono y en ellos se incrementa el aporte proteico de los forrajes y los ingresos económicos derivados del cultivo de especies maderables y frutales.

Servicios ambientales brindados por los sistemas silvopastoriles. (Adaptado de Ecosystems and human well-being: a framework assessment, publicado por Millennium Ecosystem Assessment, 2003)

Los sistemas silvopastoriles de la cuenca del Usumacinta cuentan con especies de árboles y arbustos nativos de alto valor nutritivo y comercial, que forman parte importante de los recursos genéticos de la región, tales como el cocoite (Gliricidia sepium), el cuajilote (Parmentiera aculeata), el guacibán (Albizia leucocalyx), el guácimo (Guazuma ulmifolia), el guayacán (Guaiacum officinale), el jobo (Spondias mombin), la leucaena (Leucaena leucocephala), el macuili (Tabebuia rosea), la mora (Morus alba), el pichoco (Erythrina coralloides), el popistle (Blepharidium mexicanum) y la vara negra (Rhus standleyi).

Sin embargo, en otras localidades de la misma región apenas se inicia la conversión a agroecosistemas silvopastoriles, y siguen predominando prácticas con base en monocultivos de especies exóticas de pastos. Es en estas localidades donde el proyecto busca documentar el establecimiento de sistemas silvopastoriles u otras formas de ganadería que expandan el componente arbóreo a los terrenos destinados a dicha actividad. De esta manera, el río Usumacinta podría constituirse en una gestión pecuaria modelo, reduciendo el impacto ambiental y fomentando el aprovechamiento de los recursos naturales de la región.

Conclusiones y perspectivas del proyecto Usumacinta

El cambio climático demanda atención urgente, y los sistemas pecuarios generan una gran variedad de efectos negativos en la biodiversidad, el aire, el agua y el suelo. Este impacto, junto con el vertiginoso crecimiento de la población mundial que seguirá demandado carne y productos lácteos, ponen en riesgo la integridad del “Sistema Tierra” y comprometen el cumplimiento del Objetivo del Desarrollo Sostenible de erradicar el hambre, las cuales son razones suficientes para trabajar enfáticamente en la búsqueda de la sostenibilidad de los sistemas pecuarios.

Este contexto saca a la luz un gran desafío: alcanzar una gestión adecuada del sistema productivo que permita conservar la mayor capacidad de resiliencia y garantice la producción de carne con un bajo costo ambiental. La implementación de sistemas silvopastoriles puede contribuir a favorecer la conservación de la fertilidad de los suelos a largo plazo, a reducir la presión para el continuo cambio del uso del suelo y a diversificar los servicios ambientales que los agroecosistemas proveen. Por lo tanto, el estudio de los sistemas ganaderos en la cuenca del Usumacinta contribuye a generar información básica necesaria para el desarrollo de un modelo de gestión territorial sostenible con base en el cuidado de la salud ambiental de la región. Para cumplir con el objetivo central de este amplio proyecto se realiza un esfuerzo conjunto para fortalecer las capacidades de los productores locales, que involucra la participación de instituciones federales y estatales, organizaciones no gubernamentales, e instituciones y asociaciones de productores locales. Asegurar el éxito de este gran esfuerzo exige dar continuidad a los procesos inducidos por el proyecto Usumacinta a través del fomento de la investigación, la comunicación y la transferencia del conocimiento a los tomadores de decisiones, a las instituciones educativas y los ejecutores que tienen injerencia en la región.

Referencias:

Abbruzzini, T. F., Salazar Cabrera, U., Enrique, S., Zerquera Balbuena, G., Carabias, J., & Ocampo, J. (2018). Oikos UNAM. Obtenido de LA PRODUCCIÓN DE CARNE: NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE: http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/todos-los-numeros/486-produccion-de-carne

LA PRODUCCIÓN DE CARNE. NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE 2da Parte

(Abbruzzini, y otros, 2018)

Ganadería en la cuenca del Usumacinta

Considerando las diferentes variantes y la gran heterogeneidad biogeoquímica de los paisajes tropicales, uno de los análisis del proyecto Usumacinta, tiene como objetivo diagnosticar la condición actual de los suelos en la cuenca del río, su vulnerabilidad al uso pecuario y su potencial de resiliencia al cambio climático. Para esto se seleccionaron sitios bajo ganadería extensiva, con monocultivos de pasturas, en un gradiente climático de 1,855 a 2,840 mm de lluvia anual a lo largo de la parte mexicana de la cuenca del río.

La ganadería bovina en la cuenca de estudio se practica en suelos que son naturalmente deficientes en fósforo, nutriente esencial para la productividad de las pasturas. La situación se agrava por las frecuentes inundaciones y la pérdida de fertilidad del suelo bajo uso pecuario, con consecuencias negativas para la engorda del ganado en la región.

Diferentes pastos forrajeros para diferentes ambientes

Se ha buscado resolver los problemas que afectan la productividad de las pasturas mediante la diversificación en la selección de especies cultivadas, pero el éxito de esta estrategia ha sido limitado. Por ejemplo, en regiones más propensas a inundaciones episódicas se han implementado pasturas mejoradas como Brachiaria humidicola, una especie de origen africano resistente al encharcamiento y de buena adaptación a suelos de fertilidad media a baja, pero de baja productividad, lo que provoca, de manera alarmante, la degradación física y química de los suelos que ya mencionamos. En condiciones donde los potreros se ubican en tierras no inundables, se cultiva otro pasto del mismo género,  Brachiaria brizantha, que tiene mayor valor nutritivo, pero que requiere suelos más fértiles que permitan alcanzar un mayor rendimiento, con lo que persisten las dificultades para mantener la adecuada calidad del suelo.

Por otra parte, en regiones más propensas a inundaciones por marejadas ciclónicas, como es el caso de los Pantanos de Centla, el cambio en el uso de la tierra ha facilitado la invasión de especies como el arrocillo (Echinochloa colona) y el zacate egipcio (Dactyloctenium aegyptium). Si bien estas especies son de potencial forrajero y se adaptan muy bien al encharcamiento e inundación y a los suelos salinos e infértiles de la región, tienen consecuencias negativas para la conservación de los ecosistemas nativos de la región, por ejemplo, el pukjté o selva mediana de pucté (Bucida buceras). El riesgo es que puedan convertirse en plagas graves e inhiban el crecimiento de las especies nativas. Ello ejemplifica cómo la composición de la pastura presente en cada región, ya sea sembrada o invasora, permite hacer inferencias respecto a la calidad de los suelos, su potencial para la producción animal y la vulnerabilidad de los predios a los eventos climáticos extremos.

Los suelos de la cuenca y su problemática

La cuenca del Usumacinta se asienta en materiales geológicos que dan origen a una gran variedad de suelos con diferentes capacidades de resistir a los impactos del cambio en el uso de la tierra. El clima de gran parte de la región tiene una temperatura (~25 ℃) y una lluvia media anual (mayor a los 2,000 mm) elevadas, condiciones que favorecen la degradación de los suelos por lavado de bases (cationes básicos del suelo) y erosión hídrica. Al desmontar la vegetación nativa de una selva y transformarla en sistemas ganaderos extensivos, se reduce el carbono y los nutrientes almacenados en los suelos y, al paso de unos pocos años, también se degradan las condiciones físicas (compactación del suelo, disminución en la infiltración del agua) y biológicas de los suelos (reducción de la diversidad microbiana del suelo), lo que disminuye la productividad de las pasturas y, por lo tanto, el rendimiento ganadero.

Ejemplos de la conversión de vegetación nativa (a la izquierda) a sistemas ganaderos extensivos (a la derecha) en distintas localidades de la cuenca del río Usumacinta. A) Marqués de Comillas, Chiapas; B) Frontera Corozal, Chiapas; C) Tenosique, Tabasco; y D) Pantanos de Centla, Tabasco. Fotografía T.F. Abbruzzini.

La situación se agrava en aquellas zonas de la cuenca donde la ganadería extensiva se realiza en zonas con pendientes de moderadas a fuertes, donde las capas superiores más fértiles del suelo se pierden por erosión. Esta pérdida de suelo y la degradación de su fertilidad han provocado que los ganaderos abran nuevos potreros utilizando la roza, tumba y quema de los parches remanentes de vegetación nativa.

Ante la degradación física, química y biológica de los suelos bajo uso pecuario en la cuenca, ahora se explora el desarrollo de proyectos para transformar la ganadería tradicional en agroecosistemas sostenibles y resilientes. Por ejemplo, en el sur de Chiapas, la Asociación Ganadera Local General del río Lacantun ha adoptado desde hace seis años un modelo de reconversión productiva de los sistemas ganaderos en colaboración con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Sus nuevas estrategias de uso de la tierra sustituyen los monocultivos extensivos por sistemas silvopastoriles y el establecimiento de bancos de forraje.

Referencias:

Abbruzzini, T. F., Salazar Cabrera, U., Enrique, S., Zerquera Balbuena, G., Carabias, J., & Ocampo, J. (2018). Oikos UNAM. Obtenido de LA PRODUCCIÓN DE CARNE: NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE: http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/todos-los-numeros/486-produccion-de-carne

LA PRODUCCIÓN DE CARNE. NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE 1era Parte

(Abbruzzini, y otros, 2018)

A medida que los efectos nocivos del cambio climático se han intensificado, el público ha volteado a ver a la carne como la culpable. Cada día más gente aboga por comer menos carne para ayudar a salvar el ambiente y mejorar la salud personal. Algunos movimientos activistas proponen incluso establecer un impuesto para reducir su consumo. El informe “La larga sombra del ganado: problemas ambientales y opciones”, publicado en 2006 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), atrajo la atención internacional porque en él se afirmaba que la ganadería era responsable del 18 % de los gases con efecto de invernadero (GEI) producidos en todo el planeta y que generaba más GEI que todos los tipos de transporte juntos. Sin embargo, esta última afirmación es errónea, ya que los investigadores del estudio de la FAO analizaron el ciclo de vida para estudiar el impacto climático de la crianza del ganado, y en cambio para el transporte emplearon un método basado únicamente en las emisiones directas. Si bien el error ha sido reconocido por el propio organismo internacional, la persistencia de la idea ha llevado a suposiciones inexactas en relación con el consumo de carne y el cambio climático que, hoy, aún permean en la opinión pública.

La ganadería extensiva es indiscutiblemente la causa principal del cambio en el uso de la tierra y la pérdida de la biodiversidad a escala global, pero la información acerca de su impacto en otros componentes ecosistémicos, como el suelo, es aún contradictoria. Numerosos estudios han demostrado que la ganadería tiene impactos negativos en las reservas de Carbono y los nutrientes del suelo. Sin embargo, también hay estudios en los que no se detectaron cambios negativos significativos. En algunos casos incluso se ha demostrado que la ganadería tiene un impacto positivo en el almacenamiento de Carbono. Ante estos datos, surge un desafío que hay que atender: alcanzar una gestión del sistema productivo tal, que permita conservar la mayor capacidad de resiliencia y garantice la producción de carne con un bajo costo ambiental.

Alimentación, ecosistemas y resiliencia

Los cultivos agrícolas y la ganadería son los principales responsables del cambio en el uso de la tierra y la pérdida de la biodiversidad, del cambio en el clima global, del uso del agua y de la contaminación de ecosistemas terrestres y aguas costeras debido al uso excesivo de fertilizantes con Nitrógeno y con Fósforo. Estos cambios ponen en riesgo la integridad del “Sistema Tierra” si se superan los límites de autorregulación de sus ecosistemas, lo cual, obviamente afectará negativa y drásticamente el bienestar de la humanidad.

Sin embargo, a pesar de que se están degradando los ecosistemas del planeta y se está perdiendo biodiversidad para extender el área de producción de alimentos, el hambre en el mundo sigue aumentado, lo cual es paradójico. El reporte “El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo”, publicado por la FAO en 2018, señala que en 2017 alrededor de 821 millones de personas (es decir, uno de cada nueve adultos en el mundo), y más de 150 millones de niños, sufren retraso del crecimiento por carencia de alimentos. Este reporte pone en duda que se pueda alcanzar el Objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) de erradicar el hambre (Objetivo 2).

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible forman parte de un acuerdo internacional pactado por los estados miembros de las Naciones Unidas para el año 2030.

Ante esta paradójica y compleja problemática, se ha propuesto reducir los impactos ambientales de la producción de alimentos, incluyendo cambios en las dietas, mejoras tecnológicas en los sistemas agropecuarios y reducción de la pérdida de alimentos y desperdicios. Nosotros pensamos que no hay una única forma de resolver el problema del hambre y que la aplicación de las posibles soluciones exige, además, mejorar el conocimiento de la resiliencia de los sistemas agropecuarios, en particular frente a la variabilidad climática a escala global, especialmente en regiones tropicales. Es en estas regiones donde:

  1. Hay una mayor presión para el cambio en el uso de la tierra, como consecuencia de varios factores: una mayor demanda de alimentos debido al crecimiento de la población global, las mejoras económicas en países de economías emergentes y la transferencia de la producción desde el trópico a zonas extra-tropicales.
  2. Se concentran las mayores dificultades para el acceso a insumos como fertilizantes, plaguicidas, cuidado animal, etcétera, y
  3.  La brecha entre el rendimiento obtenido y el esperado es mayor..

El Proyecto Usumacinta

El Instituto de Ecología de la UNAM participa en un proyecto multidisciplinario que contribuye a generar información para la gestión sostenible de los recursos naturales y de los agroecosistemas en la cuenca del río Usumacinta. En este amplio proyecto participan 18 instituciones nacionales y cuatro extranjeras, cuyo objetivo es establecer un modelo de gestión territorial sostenible en la cuenca del río Usumacinta y su zona marina de influencia. Dicho modelo se fundamenta en la adaptación al cambio climático y la disminución de la pérdida de la biodiversidad con acciones a corto, mediano y largo plazo.

Ilustración 1. Deforestación en la cuenca del río Usumacinta entre los años 2000-2014. Fuente: Peralta-Carreta et. al. (2017). Cuaderno Cartográfico – Proyecto CONACYT – FORDECYT 273646, Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad A.C. (Permiso otorgado por J.A. Gallardo Cruz

La cuenca del río Usumacinta abarca más de 77 000 km2. De esta superficie, aproximadamente el 43% se localiza en los estados de Chiapas, Tabasco y una mínima parte en Campeche, mientras que el restante, poco más del 56%, transcurre en Guatemala. La porción mexicana de la cuenca concentra la mayor riqueza natural del país y es una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta. Por otra parte, la ganadería extensiva es una actividad recurrente en esta región; el 80% del valor de la producción pecuaria en la cuenca se concentra en el ganado bovino, actividad que ocupa el 85% de la superficie mexicana de la cuenca, y constituye una de las principales causas del cambio de uso de la tierra.

El cambio severo en el uso del suelo y la fragmentación de la vegetación nativa en la cuenca del Usumacinta han causado la pérdida de más de la mitad de la superficie forestal en algunos estados, como es el caso de Chiapas. Según el inventario estatal de gases de efecto invernadero, el cambio de uso del suelo y las prácticas agropecuarias son responsables del 77% de las emisiones totales del estado, y la mayor parte de esas emisiones se atribuyen a las actividades ganaderas. Por ejemplo, Tabasco, durante el período de 1968 a 2000, perdió 124, 508 hectáreas de selva y otras 912, 942 de humedales debido al crecimiento de la superficie ganadera.

Ante las crecientes amenazas para la conservación de la biodiversidad en la cuenca del río Usumacinta, se vuelve imprescindible buscar alternativas que conviertan los sistemas ganaderos extensivos en sistemas multifuncionales, es decir, que se conviertan en agroecosistemas, y con ello ofrezcan una mayor variedad de oportunidades para el desarrollo sostenible de las comunidades locales.

Referencias:

Abbruzzini, T. F., Salazar Cabrera, U., Enrique, S., Zerquera Balbuena, G., Carabias, J., & Ocampo, J. (2018). Oikos UNAM. Obtenido de LA PRODUCCIÓN DE CARNE: NECESIDADES PARA UN FUTURO SOSTENIBLE: http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/todos-los-numeros/486-produccion-de-carne