EN BUSCA DE UN MAYOR CRECIMIENTO – 10 TIPS PARA REDUCIR LOS COSTOS POR CONCEPTO DE INSUMOS 1era Parte

La mayoría de la gran cantidad de productores con los que trabajo a nivel mundial, están titubeando ante el aumento en el costo de los fertilizantes y los agroquímicos. La urea está a precios récord, el dúo DAP/MAP ha duplicado su costo y los precios del Potasio se van incrementando mes con mes. Es difícil ver cómo la agricultura convencional pueda seguir siendo viable, a menos que haya un drástico incremento en los precios de los alimentos, pero desafortunadamente eso todavía no está sucediendo.

De ahí que éste es el mejor momento para un llamado de atención. Es tiempo de considerar la eficiencia de los fertilizantes, de revisar los requerimientos de minerales y de optimizar todos los insumos. Asimismo, es una oportunidad de reconocer el papel de la vida del suelo dentro de nuestro cálculo de rentabilidad y utilizar ésta fuerza laboral oculta de manera más efectiva.

Los aumentos de precios y la escasez de NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio) es lo que recientemente ha sacudido a muchos agricultores. Así que, comencemos con el Nitrógeno, ya que éste importante elemento es el más mal manejado de los tres, y puede haber ganancias considerables si mejoramos su manejo.

Abuso y Uso Indebido del Nitrógeno – Descubre las posibilidades de cambio

La agricultura es responsable del 80% de las emisiones de óxido nitroso que hacen más densa la capa gaseosa que está calentando y cambiando radicalmente nuestro planeta. Indudablemente debemos estar manejando mal el Nitrógeno, porque este 80 % refleja pérdidas masivas de dicho elemento, que debería estar contribuyendo ya sea al rendimiento de nuestros cultivos, o bien en forma de recursos dentro de nuestros bolsillos (1)

Hay cinco formas básicas en las que podemos mejorar el manejo del Nitrógeno y reducir los costos por concepto de insumos que contengan este elemento. Éstas comprenden:

1) Estabilizar todas las aportaciones de Nitrógeno:

La mayor parte del Nitrógeno aplicado se convierte en el anión Nitrato, el cual es altamente lixiviable y solo se puede almacenar en el coloide de humus. Dos terceras parte del humus se han agotado en nuestros suelos en las últimas décadas y realmente esa pérdida de Carbono ha sido acelerada por el mal manejo del Nitrógeno.  Ahora se sabe que por cada kilogramo de Nitrógeno que se aplica por arriba de los requerimientos inmediatos de la planta, hay una pérdida asociada de 100 kg de Carbono a la atmósfera.

¿Cómo podemos cambiar ese abuso destructivo? En primer lugar, hay que darse cuenta de que grandes cantidades de Nitrógeno al momento de establecer el cultivo (trasplante o siembra) son contraproducentes. ¿Qué plántula pequeña requiere un gran impacto de Nitrógeno? Esta es la manera perfecta para quemar el preciado Carbono del suelo, con pérdidas potenciales en la proporción mencionada de 1:100.

En segundo lugar, siempre debemos estabilizar la aplicación inicial de Nitrógeno, con ácido húmico. La inclusión de ácido húmico soluble con fertilizantes de Amonio o de Nitrato crea un suministro de Nitrógeno no lixiviable que también es menos propenso a la volatilización (pérdidas a la atmósfera), es decir, los humatos de amonio y los humatos de urea no pueden lixiviarse ni volatilizarse. (2)

2) Aplicar urea foliar:

Esta es probablemente la estrategia de eficiencia de aportaciones de Nitrógeno más importante. La urea comienza su vida como un compuesto llamado amina. Cuando la urea se aplica al suelo, la enzima ureasa la transforma de su forma de amina a Nitrógeno amónico. Poco después, los microorganismos convierten ésta forma de Nitrógeno en Nitrógeno nítrico, que siempre se transporta a la planta con el agua. Este portador de agua, diluye la densidad de nutrientes dentro de la planta lo que es una invitación para los insectos. La mayoría de ustedes probablemente hayan notado un aumento en la presión de plagas después de una aplicación de urea.

El Nitrógeno nítrico se almacena en la hoja en espera de convertirse en proteína. Este proceso de conversión implica tres pasos, y el primero de ellos consume mucha energía. Ese primer paso de alto consumo de energía implica la conversión de los Nitratos a la forma de Aminas. Posteriormente, ocurre un proceso rápido y simple para que las aminas se conviertan en Aminoácidos y luego en Proteínas.

Ahora bien, ¿qué sucedería si este proceso complejo de conversión se omitiera y se aplicara urea directamente al follaje (en aplicación foliar)? Bueno, la fertilización foliar es 12 veces más efectiva que la fertilización al suelo, lo que representa un evidente potencial de ahorro. Con esta estrategia, la amina se convierte en proteína en forma simple y rápida y con muy poco gasto energético. Una aplicación foliar de 12 kg/ha de urea en cultivo extensivo puede ser equivalente a una aplicación en banda de seis veces esa cantidad y no hay lixiviación, ni volatilización y además hay una formación rápida de proteínas.

Es importante reconocer que la inmunidad de las plantas se basa en proteínas. Mayor cantidad de proteínas no significa solo mayores ingresos. También equivale a una menor presión de plagas.

Una recomendación importante para maximizar esta estrategia en particular es siempre combinar la urea foliar con ácido húmico. Cuando se combinan urea y ácido húmico, se forma un humato de urea estable. El ácido húmico amortigua cualquier posibilidad de quemadura, al mismo tiempo que aumenta la absorción de Nitrógeno en un 30 %, y debido a que en sí mismo es un estimulante del crecimiento vegetal, se obtiene un buen resultado.

Fuente: “Chasing the Biggest Bang – Ten Tips to Reduce Input Costs”. Graeme Sait.

https://blog.nutri-tech.com.au/chasing-the-biggest-bang/

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