La palabra quelite viene del vocablo náhuatl quilitl que significa verdura o planta tierna comestible.
En México se conocen alrededor de 500 especies silvestres consideradas como quelites (quintoniles, romeritos, epazote, berros, verdolaga, huauzontle, malva, flor de calabaza, alaches, flor de yuca, pápalo quelite) que nacen solas durante la temporada de lluvias. Algunas se caracterizan por tener tallos pequeños, blandos y flexibles, otras son arbustos con tallos altos y duros. En general las hojas, ramas, frutos o flores se utilizan como verduras.
Muchas de ellas las consumimos habitualmente, otras se consumen sólo en ciertos lugares y muchas más aún son desconocidas para la mayoría de la población.
Los quelites nacen en cultivos de milpa, chile, calabaza, cafetales y huertos familiares durante la época de lluvia. Su crecimiento se da de forma espontánea y sin el cuidado del ser humano. Sin embargo, existen algunos quelites que sí son cultivados para comercializase como el rábano, la verdolaga, los romeritos, el pápalo, los huauzontles.
Los quelites son parte importante de nuestra cultura. Hay registros que documentan su uso y conocimiento desde la época prehispánica. Asimismo, en el Códice Florentino se ilustran los quelites más destacados e incluso en el “Cocinero mexicano” de 1831, se incluyen algunas recetas hechas con quelites.
Más importante aún, es que han sido parte de la tradición agrícola de nuestro país, pues muchos de ellos es posible encontrarlos en la milpa, en donde son cultivados, recolectados y cuidados por los agricultores quiénes, de generación en generación, han preservado la tradición de su consumo.
A pesar de la importancia que tuvieron durante años en la alimentación de los mexicanos, hoy son poco consumidos y algunas especies sólo se encuentran en mercados de ciertas comunidades rurales.
La doctora Amanda Gálvez, de la Facultad de Química de la UNAM, comentó que existen factores culturales, sociales y geográficos que limitan su venta. A la par, se ha visto una disminución importante en su demanda, debido a que la gente ya no los compra y los canales de comercialización se han reducido, lo cual también afecta los cambios en los patrones de producción. Sin embargo, agregó, lo peor del caso es la pérdida del conocimiento tradicional sobre aspectos del cultivo de los quelites.
Rescate de los quelites
De acuerdo con la maestra Edelmira Linares y el doctor Robert Bye, del Instituto de Biología de la UNAM, en su texto “Los quelites, plantas comestibles de México”, el conocimiento y consumo de quelites en el país ha disminuido desde la época de la Conquista.
“La pérdida del conocimiento y el uso de estos vegetales comestibles por las diversas culturas mexicanas, se calcula que ha sido de 55 a 90% en los últimos 500 años”.
Además, ha habido una modificación en los hábitos de alimentación en México, así como una competencia internacional entre grandes consorcios y los pequeños agricultores, la cual ha terminado por sustituir los alimentos tradicionales por alimentos procesados, que también resultan baratos y de fácil acceso, destacó la doctora Gálvez.
Estos cambios alimentarios han traído a la población mexicana graves problemas de obesidad y diabetes que se viven actualmente.
¿De qué manera especies como los quelites pueden contribuir en la promoción de dietas más sanas y que sean capaces de prevenir enfermedades?
Distintos investigadores de la UNAM participaron en el proyecto “Rescate de especies subvaloradas tradicionales de la dieta mexicana y su contribución para el mejoramiento de la nutrición en México”, coordinado por la doctora Amanda Gálvez, en el cual estudiaron tres especies de quelites (chaya, chepil y alache) desde diferentes disciplinas para conocer su valor nutrimental y su capacidad de influir en la salud humana.
Ubicar el valor cultural y simbólico de los quelites fue parte importante de este proyecto de investigación. Por lo que desde el punto de vista antropológico se puede comprender a partir de la construcción de nichos, es decir, estos espacios en donde a lo largo de la historia interactúan los seres humanos con las plantas y los animales, señalaron el doctor Luis Alberto Vargas y la doctora Sarah Bak-Geller, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Y en esta interacción, en el caso de los quelites, se ha podido tener una amplia variedad de platillos que forman parte de la dieta, además de que son útiles para el cuidado de la salud y la prevención de las enfermedades.
Por otra parte, explicó el investigador, las ventajas que tienen para los quelites la relación con los humanos es que éstos los cuidan, los protegen e incluso ayudan a su supervivencia y cultivo. Además, como parte de esta interacción, se encuentran las formas de cultivo y la recolección, la comercialización y la domesticación de ciertas especies.
Asimismo, tenemos su incorporación a la alimentación y fue necesario entender los distintos patrones locales de consumo; sin embargo, cada comunidad define la dieta adecuada y qué papel juegan los quelites para su salud y bienestar.
“Tenemos que pensar en los quelites como recursos subutilizados, pero en el contexto de programas de salud pública, son especies que pueden contribuir a la promoción de dietas más sanas con capacidad para prevenir algunas enfermedades. Desde el punto de vista social, además, fomentan la identidad que ofrecen alternativas con el mejoramiento económico y que no se nos olvide el disfrute de la comida”.
Aunque el consumo de quelites ha disminuido significativamente en nuestro país, existen regiones en las cuales su consumo sigue siendo parte de la dieta tradicional.
Referencias:
Santillán, M. L. (27 de Abril de 2018). Especial Quelites: plantas valiosas para la agricultura y la alimentación mexicana. Obtenido de Ciencia UNAM: http://ciencia.unam.mx/leer/736/especial-quelites-plantas-valiosas-para-la-agricultura-y-la-alimentacion-mexicana
