¿Cómo crear suelos supresores de enfermedades? El desarrollo de este tipo de suelos implica el manejo de su biología, ya que la supresión de enfermedades es una función de ésta. No obstante, la biología que genera este efecto supresor, requiere de un perfil bioquímico específico en el suelo para prosperar.
El término suelo supresor de enfermedades se remonta hacia finales de los años 60, cuando la Sociedad Estadounidense de Lucha contra la Patología publicó por primera vez un pequeño folleto sobre el desarrollo de este tipo de suelos y algunas de las características que poseen. Sin embargo, el concepto fundamental detrás del desarrollo de suelos supresores de enfermedades realmente se relaciona con la historia de Louis Pasteur versus Claude Bernard en Francia. Pasteur planteó la teoría microbiana de la enfermedad o teoría del germen, en la que propone que existe un organismo específico que causa una enfermedad específica, mientras que Bernard fue un defensor de la hipótesis de que el desarrollo de una enfermedad y la expresión de un germen, es decir de un potencial patógeno, depende de las condiciones del “terreno” en que se encuentra, es decir, en realidad depende de las condiciones de su entorno. En otras palabras, la idea que Bernard defendió y expresó es que, aunque se tenga la presencia de un potencial organismo patógeno, este no necesariamente va a expresarse como una enfermedad si se cuenta con un entorno supresor de enfermedades
Gracias a qué desde entonces, y particularmente durante las últimas décadas y siglos, la investigación se ha intensificado, ahora sabemos que ciertamente existen organismos específicos que causan enfermedades específicas, y también que esos organismos en muchas ocasiones pueden ser y de hecho son numerosos y prevalecientes en el entorno, pero aún así, no causan una infección cuando el ambiente en el huésped no es propicio para producirla. De ahí que, la idea de desarrollar un suelo supresor de enfermedades significa que podemos propiciar un ambiente en el perfil del suelo que no proporcione el entorno nutricional o bioquímico que los patógenos necesitan para expresarse.
Aun cuando hay otras circunstancias uie permiten el desarrollo de un suelo supresor de enfermedades, quiero enfatizar un poco sobre algunos de los perfiles bioquímicos y otras cosas que he aprendido a través del tiempo. En este sentido, encontré realmente interesante una conversación que sostuve con Don Huber hace un par de años, en la que me mencionó que la población de Fusarium presente en el suelo, no influye en si habrá o no una infección en el sistema de raices. De hecho, cuando tenemos dos terrenos contiguos (uno al lado del otro), y uno de ellos presenta una infección por Fusarium, y el terreno de al lado no la presenta, la población de Fusarium en cada gramo de suelo puede ser idéntica. Es decir, no necesariamente hay una diferencia en la población de Fusarium en el suelo, simplemente hay una diferencia en la tasa de infección basada en otras características que están presentes en el perfil de dicho suelo. Cuando Don describió esto, también comentó una historia realmente interesante acerca de cómo usaron suelos supresores de enfermedades para disminuir los problemas con patógenos en la producción de papa en Idaho.
Ahora bien, la idea central en relación al manejo del ambiente bioquímico del suelo para desarrollar suelos supresores de enfermedades se basa en tener ambientes reducidos versus ambientes oxidados. En un suelo, los ambientes reducidos generalmente tienden a ser supresores de enfermedades, mientras que los ambientes oxidados generalmente tienden a ser inductores de enfermedades.
Hablar de reducción versus oxidación, generalmente es un lenguaje desconocido para muchos productores y agrónomos
Es posible que usted haya oído mencionar esto con otra terminología, por ejemplo, Redox. A veces escuchamos a algunas personas hablar sobre Redox y ocasionalmente sobre reducción-oxidación. Ciertas personas pueden estar familiarizadas con los medidores ORP que son medidores de Potencial de Oxido-Reduccion o de Potencial Redox. Como podemos ver se emplea diferente terminología para describir esta característica.
Los términos pH y eH se desarrollaron para representar la presión de protones o el potencial de transferencia de protones, en el caso del pH y la presión de electrones o potencial de transferencia de electrones, en el caso de eH.
Muchos de nosotros estamos familiarizados con el pH que se determina en una escala de 0 a 14 con un punto neutro de 7.0 y es una medida de acidez versus alcalinidad.
En el caso de eH tenemos una escala de cero a 42 con un punto neutro de 28 con la cual se mide la reducción en la parte inferior (un ambiente reducido) y la oxidación hacia el extremo superior de la misma (un ambiente oxidado)
Fuente: “Using Cover Crops to Develop Disease Supressive Soils”
A webinar hosted by AEA. Featuring Jhon Kempf

