El inóculo iniciador
Si bien la mayoría de las veces se propagan inóculos aislados específicos de una especie de hongo micorrícico arbuscular (HMA); también existe la posibilidad de utilizar el método de propagación con los hongos micorrízicos autóctonos.
Algunas investigaciones han demostrado que el uso de un inóculo de múltiples especies con aislamientos locales es importante por varias razones. Muchas especies de HMA son únicas en características tales como: sus patrones de colonización, exploración espacial del suelo en busca de Fósforo, capacidad para producir una respuesta de crecimiento entre especies de plantas y producción de glomalina.
Típicamente ausente de los inoculantes comerciales, pero presente en los suelos sanos; las especies del género Gigaspora son productoras importantes de glomalina, que ayuda a la agregación del suelo. Además, ciertas investigaciones sugieren que los HMA autóctonos son más eficaces para promover el crecimiento de las plantas en su suelo local que las especies introducidas.
Para obtener un inóculo adaptado localmente y taxonómicamente diverso, se puede adicionar suelo del campo a la mezcla de compost/sustrato inerte, como fuente de HMA nativos (Douds et al. 2010). Para asegurar una muestra con diferentes especies de micorrizas, se debe recolectar suelo de un área natural de la finca, por ejemplo, de un lote donde haya árboles o una hilera de setos. Es preferible recolectar suelo de estas áreas, ya que debe contener una población de hongos micorrízicos diversa y saludable que no haya sido afectada por las prácticas agrícolas. La recolección de suelo de un campo de producción también es una opción, pero el campo no debería haberse utilizado en los últimos dos años. Esta precaución es para evitar la introducción de patógenos en el inóculo. Además, debido al hecho de que los hongos micorrízicos se pueden distribuir de manera irregular, se sugiere extraer cuatro a cinco muestras de suelo. La mayoría de las micorrizas se encuentran en los 10 cm superiores del perfil, por lo que no es necesario que las muestras incluyan suelo de mayor profundidad.
Una vez que se haya recolectado una muestra combinada, hay que tamizar las rocas o raíces. Posteriormente, se agregan 100 cm3 de suelo de la muestra combinada a cada bolsa de siete galones (26.5 litros aproximadamente) que contiene la mezcla que se utilizará como medio, se incorporan bien y luego se trasplantan de cuatro a cinco plántulas de pasto en cada bolsa. Este pasto debe establecerse lo más pronto posible después de la última helada para maximizar el tiempo de crecimiento de la planta huésped.
Cosechando el inóculo
Durante toda la temporada las bolsas solo requieren de 5 a 10 minutos de trabajo por semana; las bolsas deben regarse según sea necesario y desyerbarse para evitar introducir semillas de malezas en el inóculo. A medida que crece la planta huésped, proliferarán las micorrizas. Al final de la temporada, la senescencia de la planta hospedante hará que las micorrizas esporulen. Como ocurre naturalmente en el campo, las esporas pasarán el invierno en la mezcla de compost y vermiculita y el inóculo estará listo para usarse en la primavera.
Las esporas, los trozos de raíces colonizadas y las hifas micorrízicas viables funcionan como propágulos, y los tres se producen mediante este sistema. Las hifas y las raíces colonizadas serán abundantes, mientras que la densidad de esporas puede variar dependiendo de la especie de HMA y de qué tan bien se realizó la mezcla del sustrato.
En estudios del Instituto Rodale, la dilución típica 1:4 de compost de recortes de jardín: vermiculita, produjo un promedio de 30 esporas/cm3 (Douds et al. 2006). Combinado con el número de piezas de raíces colonizadas e hifas, este sistema produce cientos de propágulos por cm3; esta cantidad excede la densidad de inóculo objetivo del sistema de “producción en masa” de 80-100 propágulos/cm3 desarrollado por dicho instituto (Douds et al. 2005).
Mientras las esporas y las hifas se mezclan con el medio de compost y vermiculita, las raíces de la planta huésped deben cortarse para aprovechar las vesículas micorrízicas del interior. Las vesículas son órganos globulares parecidos a esporas que contienen reservas de energía, y son producidas por la mayoría de los HMA. En la primavera, la micorriza puede volver a crecer de estas vesículas. Usando este sistema, el pasto generalmente tiene un 70-80% de la longitud de su raíz colonizada por los hongos micorrízicos. Incluso los trozos pequeños de raíces contienen estos HMA y pueden mezclarse en el medio para aumentar el número de propágulos.
Los investigadores determinaron que la mejor manera de cosechar las esporas y las hifas viables que forman parte del inóculo es cortar las hojas muertas de la planta, sacar las raíces de las bolsas y sacudir el medio en un recipiente grande. Las raíces se pueden cortar en pedazos con tijeras y posteriormente mezclarse con el inóculo.
Referencia:
Lohman, M., Ziegler-Ulsh, C., & Douds, D. (8 de Diciembre de 2010). HOW TO INNOCULATE ARBUSCULAR MYCORRHIZAL FUNGI ON THE FARM, PART 1. Obtenido de Rodale Institute: https://rodaleinstitute.org/science/articles/how-to-innoculate-arbuscular-mycorrhizal-fungi-on-the-farm-part-1/