Las proteínas completas pueden tener cientos de miles de enlaces de Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno, asociados. Este es un concepto realmente importante porque para construir cada uno de estos enlaces; es decir, cada vez que un aminoácido se une a otro aminoácido o un péptido se une a otro péptido, se requiere de una enzima para catalizar esa reacción. Las enzimas son proteínas cristalinas con características realmente interesantes. Las siguientes imágenes corresponden a dos microfotografías de enzimas en el interior de la hoja de una planta.
Una de las características que presentan las enzimas es que funcionan de forma similar a una llave inglesa, en el sentido de que cada enzima solo puede catalizar un tipo específico de reacción. Esto significa que solo puede unir un aminoácido específico a otro aminoácido específico o bien un péptido específico a otro péptido específico. Como resultado, hay decenas de miles de enzimas diferentes presentes en las plantas, porque cada una solamente sirve para un propósito específico y al igual que ocurre con una llave inglesa cada enzima puede catalizar esa misma reacción una y otra vez sin desgastarse. Sin embargo, para que las enzimas realicen su trabajo necesitan de un cofactor enzimático ya que, sin los cofactores enzimáticos, las enzimas son disfuncionales e incapaces de construir enlaces.
Generalmente, los cofactores enzimáticos son oligoelementos metálicos o bien vitaminas basadas en metales (en particular las vitaminas del complejo B, como por ejemplo la B12, a base de cobalto). Entre los cofactores enzimáticos comunes se encuentran el Niquel, Molibdeno, Selenio, Zinc, Manganeso, Cobre, etc. Hay docenas de minerales que son indispensables como cofactores, a fin de que las plantas tengan un sistema enzimático totalmente operativo, lo cual es primordial para su capacidad de construir proteínas completas como lo requieren.
Si hace falta un cofactor enzimático; digamos por ejemplo que hay deficiencia de Molibdeno o de Niquel. En este caso, la estructura final de la proteína que se construye no estará totalmente completa. En otras palabras, no será exactamente como la habría elaborado la planta si tuviera la capacidad de hacerlo, es decir, si tuviera dichos cofactores enzimáticos, por lo tanto, tendremos proteínas dañadas o proteínas incompletas.
De ahí que el hecho de tener un sistema enzimático completamente funcional es fundamental y es realmente el resultado de que todos los cofactores enzimáticos que las plantas requieren estén presentes.
La razón por la que es importante tener esto en cuenta, es porque la digestión, ya sea en nuestro tracto digestivo, en el tracto digestivo de una vaca lechera, (o cualquier otro rumiante), o bien el tracto digestivo de un insecto, es esencialmente el mismo proceso de construcción de proteínas que ocurre en las plantas, pero en sentido inverso. En lugar de que participen todas las enzimas encargadas de construir diversos enlaces, ahora tenemos enzimas digestivas que se encargan de romper estos enlaces, y al igual que ocurre con las enzimas constructivas, cada una de las enzimas digestivas solo puede catalizar una reacción y por lo tanto solo puede romper un enlace específico.
Las vacas lecheras (los rumiantes) pueden obtener energía de los pastos y forrajes porque sus sistemas digestivos contienen la enzima celulasa. Nosotros no podemos extraer energía de la celulosa, y por ello no podemos vivir con una dieta a base de heno o pasto, ya que nuestros sistemas digestivos no contienen celulasa. Ahora bien, haciendo una analogía como la que existe entre el sistema digestivo de una vaca lechera y el nuestro; lo que para nosotros es alimento, para los áfidos, escarabajos o chicharritas no lo es, porque no tienen las enzimas digestivas que se requieren para romper el enlace péptido a péptido que se usa para construir proteínas completas. Dichos insectos son completamente dependientes de formas específicas de azúcares y formas específicas de Nitrógeno (ya sean determinados aminoácidos o bien formas solubles de Nitrógeno como el Nitrato, etc.); como una fuente de proteínas y como una fuente de energía. Realmente es bastante simple, si las plantas están siendo consumidas por insectos, entonces no son aptas para que las comamos, porque son tan poco saludables que los ecosistemas naturales quieren removerlas antes de que podamos consumirlas.
Sin embargo, haciendo uso de nuestro conocimiento, habitualmente rociaríamos esas plantas poco saludables con toxinas y las brindaríamos como alimento a la gente, y luego no podemos entender por qué tenemos una epidemia de salud pública a nivel mundial. Esta es fundamentalmente la razón, o al menos uno de los factores importantes que contribuyen significativamente a ello.
Recordemos la cita de William Albrecht:
Básicamente, estos son los mecanismos de supervivencia de los más aptos de la naturaleza. Los insectos y los microorganismos que originan enfermedades están aquí para extraer a las plantas no saludables del sistema antes de que podamos consumirlas, asi es como esto se diseñó para funcionar, de tal manera que, cuando tenemos ecosistemas saludables en nuestros ranchos, no tendremos problemas con enfermedades e insectos que aparezcan y causen estragos a gran escala en nuestros cultivos.
Fuente: “Managing crop Nutrition for Pest management with sap analysis” John Kempf /Regen Rev 2021