MAS ALLA DE LAS CUBIERTAS PLASTICAS Primera Parte

Introducción

El sistema de producción con acolchado plástico está permitido en la agricultura orgánica, sin embargo, su uso es insostenible ya que se emplea un producto hecho a base de petróleo y es difícil de reciclar.

Cada hectárea de tierra cultivada con este sistema, produce entre 200 y 250 kilogramos de desechos que normalmente van a los basureros. Más aun, cuando se utilizan plásticos, del 50 al 70% del terreno se transforma en una superficie impermeable, lo que aumenta el volumen de escorrentía en un 40% y la erosión en un 80%. Asimismo, cuando se aplican herbicidas y pesticidas en campos cubiertos con acolchado, la concentración de estos productos químicos aumenta en la escorrentía, lo que hace que los impactos tanto en el ambiente como en la salud humana sean todavía más preocupantes.

Por otra parte, se ha descubierto qué durante los calurosos días de verano, el aumento de la temperatura del suelo bajo la cubierta plástica promueve el desarrollo de colonias de bacterias, en vez de hongos y el estrés microbiológico en el suelo aumenta. El plástico también representa un costo anual sustancial para el agricultor que va de  $630.00  a $750.00 dólares por hectárea para el material y alrededor de $35.00 dólares por hectárea para su remoción (Rodale Institute, 2014)

Con los incrementos en costos de producción y el cambio climático, los productores de hortalizas están buscando sistemas rentables y sostenibles que mejoren la salud del suelo, reduzcan la huella de carbono y aumenten sus ganancias.

En 2010, el Programa de Investigación y Educación de Agricultura Sostenible del Noreste (NE SARE, por sus siglas en inglés), proporcionó fondos al Instituto Rodale para realizar durante tres años, una prueba de producción de hortalizas enfocada al uso de acolchado plástico como alternativa a los cultivos de cobertura.

Si bien es cierto que se han tenido grandes avances en el desarrollo y demostración de la eficacia de los sistemas de cultivos de cobertura, la mayoría de las modalidades que se han implementado dependen hasta cierto punto de la utilización de herbicidas sintéticos para complementar el control de malezas proporcionado por estos.

Los investigadores del Instituto Rodale han estado trabajando para desarrollar un modelo en el que el uso de herbicidas no sea necesario para la supresión de malezas, a fin de que los cultivos de cobertura sean una opción viable para los productores de hortalizas (convencionales y orgánicos). En dichos trabajos se han realizado mediciones del impacto de diferentes sistemas de cobertura en la calidad y fertilidad del suelo, el control de malezas, los rendimientos, la producción de desechos, y la rentabilidad de las explotaciones de hortalizas (pequeñas y medianas).

En los ensayos realizados en hortalizas, se comparó la cantidad de Nitrógeno aportada, la potencial contribución al secuestro de Carbono, la supresión de malezas, los rendimientos y la sanidad del suelo entre cultivos de cobertura de leguminosas y de centeno y el uso de plástico negro como cobertura. En las cuatro granjas colaboradoras en Pensilvania y Nueva Jersey, cada agricultor probó un sistema de cultivo de cobertura en comparación con el sistema estándar.

Los sistemas de cultivos de cobertura proporcionaron un control de malezas adecuado, agregaron más biomasa al suelo, aportaron nutrientes, aumentaron la humedad del suelo e incrementaron su contenido total de Carbono. Aunque en promedio los rendimientos comercializables fueron menores, algunos de los sistemas de cultivos de cobertura lograron mayores ganancias durante los tres años que duró la prueba. Adicionalmente, los sistemas de cobertura vegetal eliminaron 105 kg/ha de desechos plásticos.

Los problemas relacionados con las condiciones climáticas extremas y la presencia de tizón tardío son indicadores de que los resultados fueron más variables de lo previsto, no obstante, todos los agricultores asociados continúan usando las cubiertas vegetales, en sustitución de las plásticas. Los beneficios que los agricultores asociados obtuvieron, incluyen el desarrollo de un método para reutilizar los cultivos de cobertura de manera más eficaz, ahorros sustanciales en costos y nuevas formas de usar los cultivos de cobertura entre las camas para beneficiar al ecosistema. De hecho, uno de los productores asociados ha reducido el uso de cubiertas plásticas y espera expandirse aún más.

Referencias:

Rodale Institute. (2014). Beyond Black Plastic. Cover crops and organic no-till for vegetable production. EE. UU. Obtenido de https://rodaleinstitute.org/: https://rodaleinstitute.org/science/articles/beyond-black-plastic/

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