MANEJO DE INFECCIONES VASCULARES BACTERIANAS Parte 3

En general, la percepción es que las infecciones vasculares bacterianas se manifiestan cuando las plantas se producen en ambientes excesivamente oxidados. Los factores ambientales que tienen un efecto oxidante son:

Altas temperaturas de suelo

Condicicones de Suelo seco

Suelos aeróbicos, es decir, suelos dominados por bacterias aeróbias y que tienen un intercambio gaseoso excesivo.

Debido a la influencia que tienen en el Nitrógeno, a las bacterias aeróbias también se les conoce como bacterias oxidantes, ya que transforman este elemento del estado reducido al estado oxidado, es decir, convierten el Amonio en Nitrato. Actualmente, los investigadores de diferentes ámbitos utilizan diferente terminología para hablar de lo mismo, por ello, podemos referirnos a este tipo de bacterias como bacterias aeróbias, bacterias oxidantes, bacterias nitrificantes o nitrificadoras. Aun cuando se usan términos diferentes, describen exactamente lo mismo: organismos y grupos de organismos que tienen el efecto de producir un ambiente oxidado en el suelo en el que los nutrientes, en su mayor parte, están presentes en formas oxidadas. Esto es un problema cuando queremos empezar a manejar las enfermedades vasculares bacterianas en los cultivos; de ahí que, si queremos producir plantas resistentes a enfermedades, debemos equilibrar los factores oxidantes del entorno mediante prácticas de manejo agrícola. Lo anterior no significa que por regla general la oxidación sea mala y la reducción buena o viceversa; lo que se requiere es que ambas condiciones estén en equilibrio.

Hoy en día, la problemática que existe en nuestros ecosistemas agrícolas es que hemos desarrollado sistemas de producción en los que se realizan practicas de manejo que no equilibran los efectos oxidantes y reductores en el entorno, por el contrario, los desequilibran completamente debido a la realización de practicas de manejo que producen ambientes excesivamente oxidados, lo que provoca la manifestación de toda una gama de enfermedades vasculares.

El reto que se tiene es aun mayor porque frecuentemente incorporamos más factores oxidantes al sistema de producción, como es el caso de tener suelos desnudos y de realizar aplicaciones de fertilizantes de síntesis química con alta conductividad eléctrica, o bien de aplicar fertilizantes iónicos como el Cloruro de Potasio y distintas formas de Nitrógeno; la piedra caliza también tiene un efecto oxidante.

En lo que se refiere al Nitrógeno nítrico, este es un oxidante particularmente efectivo que tiene una influencia significativa en la presencia de las enfermedades vasculares y de las enfermedades en general. El glifosato también está en incluido entre los oxidantes. De hecho, podríamos mencionar una larga lista de factores oxidantes del suelo, misma que incluiría las practicas culturales que habitualmente se realizan y que también producen este efecto.

En relación al glifosato, no es que cuando se aplica al suelo tenga directamente un efecto oxidante, sino que altera el microbioma, ya que favorece la actividad de todas las bacterias oxidantes (bacterias nitrificantes), y suprime la actividad de todos los microorganismos reductores que están presentes; de esta forma, indirectamente produce un efecto oxidante significativo en el ambiente del suelo.

Ahora bien, cuando hablamos de viñedos, si consideramos la condición de los suelos que están propensos a presentar una incidencia muy alta de la Enfermedad de Pierce, veremos que se trata de suelos desnudos, en muchos casos directamente expuestos a la luz solar, que tienen alta temperatura y a los que se están aplicando algunos fertilizantes químicos, entre otras cosas. Son suelos muy aerobios, extremadamente oxidados, en los que todo el Nitrógeno que se adiciona, incluso si esto se hace en forma de urea o de amonio, rápidamente se convierte en Nitrato. Asi, tenemos suelos con alto contenido de Nitrógeno Nitrico a los que en muchos casos además se les esta aplicando glifosato, lo que produce un efecto oxidante muy fuerte. Esto crea el ambiente adecuado que favorece el desarrollo de enfermedades como la Enfermedad de Pierce, la Marchitez Bacteriana de Goss en Maíz, el Síndrome de la Muerte Súbita en Soya, el Cancer Bacteriano en Cerezo y frutos de hueso, etcétera.

Puesto que todas estas infecciones vasculares bacterianas requieren que los suelos estén excesivamente oxidados, si manejamos el ambiente de manera diferente podemos producir cambios. Hemos visto viñedos en los que la Enfermedad de Pierce se manifiesta de forma muy intensa en ciertas secciones de determinada área del terreno mientras que en otras está completamente ausente, y no parece extenderse. ¿Cuál es la razón de esto? La diferencia se debe a lo que está sucediendo y que histótricamente ha sucedido en ese suelo. Si bien es cierto que probablemente ambas áreas tengan una base geológica diferente, esto no es propiamente lo que hace que sucedan cosas diferentes.

Siempre que tenemos plantas de la misma variedad manejadas de la misma manera en la misma área de terreno y una sección de dicha área es muy susceptible a enfermedades, mientras que la sección contigua es resistente, la diferencia está en el ambiente del suelo.

En los años 50´s y 60´s, el Dr. Don M. Huber, profesor emérito de Patología Vegetal de la Universidad de Purdue, publicó sus investigaciones acerca de las diferentes formas de Nitrógeno y la influencia que tienen en las enfermedades de las plantas. A manera de resumen podemos decir que Huber señala que para muchas enfermedades (no todas, ya que hay algunos valores atípicos), la presencia de Nitrógeno nítrico (N-NO3) favorece muy fuertemente las infecciones.

En este sentido, vemos que la fórmula química del Nitrógeno Nítrico o Nitrato es NO3, lo que nos indica que tiene la presencia de oxígeno y esto significa que se trata de la forma oxidada. Por otro lado, el Nitrógeno amoniacal de fórmula NH4, es la forma reducida de este elemento que se encuentra presente en ambientes reducidos (suelos reducidos) y que frecuentemente tiene el efecto de suprimir diversas enfermedades.

La opinión del Dr. Huber en relación a la influencia de la forma de Nitrógeno presente en el ambiente de suelo y la enfermedad de Pierce es que es imposible tener dicha enfermedad en suelos reducidos con niveles adecuados de Manganeso. En otras palabras, cuando en el suelo se tiene un ambiente oxidado, la forma incorrecta de Nitrógeno y no se tiene Manganeso disponible se va a presentar la enfermedad de Pierce.

Con base en las observaciones que hemos realizado en nuestra experiencia de campo, todo indica que esto es definitivamente cierto.

Fuente: “Managing Vascular Bacterial Infections” Webinar hosted by AEA. Featuring John Kempf

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