Hoja de Información: Especies de Trichoderma

Nombre: Especies de Trichoderma

Tipo: Microbiano

Categoría toxicológica de acuerdo con la EPA de EE. UU.: III “Precaución”

USDA-NOP: Considerado no sintético, permitido. Los métodos preventivos, culturales, mecánicos y físicos deben ser la primera opción para el control de plagas, y las condiciones para el uso de un material biológico deben documentarse en el plan del sistema orgánico (NOP 2000).

Descripción del material: Las especies de hongos que pertenecen al género Trichoderma se encuentran en todo el mundo y se aíslan fácilmente del suelo, de la madera en descomposición y de otras formas de materia orgánica vegetal (Howell 2003).

Los avances recientes en taxonomía han dado lugar a varios cambios de nombre dentro del grupo. Por ejemplo, Gliocladium virens ahora es Trichoderma virens, sin embargo, el término Gliocladium todavía se usa comúnmente para referirse a esta especie, especialmente en la documentación de registro de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). El potencial de control biológico de las especies de Trichoderma se reconoció por primera vez a principios de la década de 1930. Estos hongos crecen rápidamente en medios de cultivo y producen esporas de paredes gruesas. Varias especies de Trichoderma se producen comercialmente, ya sea formuladas como productos para controlar enfermedades en las plantas o bien para promover su crecimiento. Ciertas cepas dentro de una especie se aíslan típicamente para elaborar productos comerciales. Las especies disponibles en formulaciones comerciales incluyen:

T. harzianum*

T. virens* (antes Gliocladium virens)

T. lignorum

T. atroviride

T. polysporum

T. asperellum y gamsii* mezclas

Clonostachys rosea var. catenulatum (antes Gliocladium catenulatum)

Modo de acción: La comprensión de los mecanismos de supresión de enfermedades por parte de Trichoderma ha evolucionado a lo largo de los años. El crecimiento de algunos cultivos mejora cuando las raíces son colonizadas por cepas de Trichoderma, especialmente si están bajo condiciones de estrés. Por el contrario, el crecimiento de ciertos cultivos puede ser inhibido por determinadas cepas de Trichoderma.

Los mecanismos para la mejora e inhibición del crecimiento de las plantas aún no se comprenden bien. Pueden estar implicados uno o más procesos en la supresión de la enfermedad por Trichoderma. Por ejemplo, ciertas cepas de este hongo colonizan fácilmente la rizosfera de las plantas, compitiendo por nutrientes y espacio físico con otros organismos. En algunas situaciones, las especies de Trichoderma son capaces de parasitar otros hongos y producir compuestos antibióticos que son tóxicos para ellos. Asimismo, producen algunas enzimas que comprometen la integridad de las paredes celulares de los hongos patógenos y otras que alteran a las enzimas degradadoras de células que son producidas por los patógenos. La investigación ha demostrado que ninguno de los mecanismos mencionados es completamente responsable de la capacidad de Trichoderma spp. para controlar las enfermedades de las plantas, aunque todos pueden contribuir de forma individual o sinérgica (Howell 2003).

La colonización de las raíces por Trichoderma spp., ha demostrado que induce respuestas de defensa, movilizando compuestos que hacen que las plantas sean más resistentes a los patógenos. La investigación más reciente indica que esa respuesta de resistencia inducida es responsable de la mayor parte de la actividad de biocontrol exhibida por estas especies (Harman 2011). Otros beneficios de la colonización de raíces por Trichoderma y organismos relacionados incluyen una mayor resistencia de las plantas al estrés, (como sequía o salinidad), y una mayor eficiencia en el uso del nitrógeno (Harman 2011).

Los efectos de mejora del crecimiento de las plantas y del control biológico, son específicos de los patógenos, las especies y cepas de Trichoderma, y las variedades de plantas. De aquí que los efectos benéficos en un sistema patógeno-benéfico-cultivar no deben esperarse en otro sistema producción, por ello es necesario hacer evaluaciones. Por ejemplo, en un estudio realizado en plantas de tomate que recibieron tratamientos al suelo con Trichoderma harzianum se presentó un aumento en los niveles de mancha bacteriana, posiblemente como resultado de un dosel más grande que propició el microclima adecuado para la enfermedad (Lange & Smart 2004), mientras que, en otros estudios, las plantas de tomate que recibieron un tratamiento de suelo con Trichoderma harzianum mostraron niveles reducidos de Tizón temprano (Seaman 2003).

Algunas cepas de T. harzianum son patógenas para los hongos comestibles y pueden provocar graves pérdidas económicas en la producción comercial.

Tipos de patógenos que controla: La mayor parte de los trabajos iniciales con Trichoderma se centraron en la protección contra patógenos que atacan raíces o tubérculos (Pythium, Fusarium y Rhizoctonia); esto mediante el tratamiento a semillas, suelo o sustrato, con formulaciones de sus esporas. Una vez que se descubrieron otros mecanismos de protección por Trichoderma, se probaron aplicaciones foliares para el control de patógenos que atacan el follaje. A medida que se aprende más sobre la respuesta de resistencia inducida en las plantas, los investigadores también están analizando el control de patógenos foliares mediante tratamientos aplicados al suelo.

Guías de formulación y aplicación: Las esporas de Trichoderma generalmente se formulan de una de dos maneras: 1) como gránulos para mezclar con sustrato para macetas o para tratamientos en surcos ó 2) como polvos humectables para mezclar con agua y usarse ya sea para asperjar el suelo o sustrato, para aplicaciones en surcos, tratamientos a semillas o bien en agua de riego. Algunos productos están etiquetados para aplicaciones foliares en plantas ornamentales, pero no para cultivos alimenticios.

La optimización de los efectos benéficos depende de la colonización completa del sistema radicular, por lo que la aplicación en una etapa temprana del desarrollo de la planta es importante. Estos productos no serán efectivos como tratamientos de “rescate”, o en situaciones en las que los niveles de inóculo o de enfermedad son altos. Funcionan mejor como parte de una estrategia general de manejo integrado de plagas y enfermedades. Debido a que son organismos vivos, los productos tienen una vida útil de 6 a 12 meses, dependiendo de la temperatura. A temperaturas de almacenamiento más frescas su vida útil es más larga.

Intervalo de reingreso (IDR), e intervalo a cosecha (IAC): Cuando se utiliza en entornos cerrados, como invernaderos, el intervalo de reingreso es de cero horas. Estos tratamientos incluyen la aplicación al suelo en drench, aspersión en surcos, solución de inicio de trasplante, inmersión, remojo o quimigación.

Para aplicaciones de campo: Mantenga a las personas desprotegidas fuera de las áreas tratadas hasta que los aerosoles se hayan secado o el polvo se haya asentado. El intervalo a la cosecha es de cero días.

Disponibilidad y fuentes: Los productos a base de Trichoderma varían en su disponibilidad. Algunos están disponibles en línea a través de empresas de suministro agrícola o de casas semilleras.

Efecto sobre el medio ambiente: Las especies de Trichoderma son omnipresentes en el medio ambiente, y no se cree que su uso en la agricultura represente un riesgo para éste. No son capaces de crecer en el agua, por lo que no representan un riesgo para los sistemas acuáticos. No son patógenos de aves, mamíferos, peces, abejas u otros insectos benéficos.

Efectos en la salud humana:  Las especies de Trichoderma tienen una baja toxicidad para los seres humanos a través de la exposición vía cutánea u oral. El potencial de inhalación y posible respuesta alérgica por exposición a largo plazo existe y se mitiga con los requisitos del equipo de protección personal que se requieren para su manipulación y aplicación. Los aplicadores y otras personas que entren en contacto con los productos a base de Trichoderma deben usar gafas, protectoras, camisas de manga larga, pantalones largos, guantes impermeables, zapatos impermeables y calcetines. además de un respirador de filtro que cumpla con los estándares NIOSH de al menos N-95, R-95 o P-95. La exposición repetida a altas concentraciones de proteínas microbianas puede causar sensibilización alérgica.

Referencias: Caldwell, B., Sideman, E., Seaman, A., Shelton, A., & Smart, C. (2013). Resource Guide for Organic Insect and

                        Disease Management. Geneva, New York: CALS Communications.

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