El Potasio (K) es el segundo mineral más abundante en las plantas. A diferencia del Nitrógeno que puede extraerse de la atmosfera mediante la actividad de los microorganismos fijadores que se encuentran tanto en el suelo como en la superficie foliar, el Potasio solo puede obtenerse a partir de las reservas existentes en el suelo.
Las plantas absorben grandes cantidades de Potasio de la solución del suelo, por lo que cuando prevalecen condiciones secas, puede manifestarse una deficiencia de este elemento.
Durante la época seca, se puede obtener un gran beneficio con la aplicación foliar de Potasio. De hecho, gran parte del estrés en plantas deshidratadas que se desarrollan en suelos con poca humedad puede estar relacionado con la disminución de la disponibilidad de Potasio en la cada vez más escasa solución del suelo. Una aplicación foliar de Sulfato de Potasio en combinación con ácido fúlvico con frecuencia ocasionará una reducción significativa en el visible estrés por sequía.
El Potasio proporciona vigor, fuerza, tamaño y dulzura
Hay diversos beneficios clave que están asociados con el manejo de la nutrición óptima de Potasio, entre estos se incluyen los siguientes:
- Regula la apertura estomática. Esto es muy importante, ya que hay consecuencias considerables en la producción del cultivo cuando la absorción de CO2 para la fotosíntesis se ve afectada por una deficiente apertura estomática debida a la escasez de Potasio.
- Tiene una gran influencia en el vigor del tallo. La carencia de Potasio puede favorecer desde la pérdida de firmeza, hasta el acame que se presenta después de tormentas o vientos fuertes, o bien una mala captación de la radiación por la inadecuada exposición de las hojas debido a la debilidad del tallo.
- Es un mineral vegetativo crítico que promueve el crecimiento inicial, por ello, cuando se tiene una falta de vigor temprana, lo primero en que se piensa es en una deficiencia de Potasio.
Por otra parte, cuando se está utilizando la conductividad del suelo como una medida de su nivel de sales minerales; es importante tener en cuenta que la baja conductividad con frecuencia está relacionada con la insuficiencia de este elemento.
- Es responsable de la translocación de azúcares en la planta, lo que es esencial para el llenado de granos y frutos (en frutales y hortalizas). En este contexto, el Potasio puede ser el mineral más importante para obtener buenas utilidades. Cuando el cultivo carece de este elemento, inevitablemente se tendrán frutos muy pequeños con sabor insípido. Esto es muy evidente en un huerto de cítricos con deficiencia de Potasio, en el que la dulzura y el tamaño están obviamente comprometidos.
- El equilibrio del Potasio es un aspecto importante en la resistencia de las plantas, ya que demasiado o muy poco de este mineral puede aumentar la presión de enfermedades y plagas. Cuando se maneja este mineral de manera eficiente puede haber sorprendentes incrementos en el rendimiento, así como ahorros en costos y la mejor estrategia de precisión implica el uso regular de un medidor de potasio en savia.
Cinco factores que afectan la absorción de Potasio
- Una biología sana en el suelo mejora considerablemente la disponibilidad de Potasio. Hay bacterias especializadas que pueden solubilizar lentamente el Potasio no disponible que se encuentra formando parte de las rocas como mineral insoluble.
El 98% del potasio en el suelo está en forma no disponible, pero también hay una porción del componente total de Potasio que está «lentamente disponible». Esto implica la captura de este pequeño ion (K+) entre las capas de arcilla (arcillas con estructura 2:1). En este caso, sólo estará disponible para las raíces cuando el “sándwich” de arcilla esté completamente lleno, sin embargo, hay un organismo en el suelo que puede ayudar a superar este fenómeno de retención de iones (no solo de Potasio, ya que también pudieran estar retenidos otros iones); se trata de los hongos micorrícicos, los cuales permiten el acceso al Potasio retenido en las arcillas.
Estos microorganismos se unen a la raíz de la planta creando una gran extensión de ella y sus hifas pueden desplazarse entre las capas de arcilla para extraer el Potasio retenido y luego suministrarlo a la planta, junto con el fósforo, calcio y zinc que han extraído en el trayecto.
- Gran parte del Potasio disponible está en la solución del suelo, por lo que las condiciones secas afectan su disponibilidad, de hecho, ésta aumenta directamente cuando los niveles de humedad en el suelo son buenos.
Por supuesto, la otra fuente de Potasio fácilmente disponible es la que se encuentra unida a los coloides de arcilla (en el complejo de intercambio). Aquí, a veces puede haber un problema asociado con la única carga positiva del Potasio al competir por el espacio en el coloide de arcilla con los iones de Calcio y Magnesio que tiene doble carga positiva. El ion potasio débilmente atraído se separa fácilmente del coloide cuando los porcentajes de saturación de Calcio y Magnesio son más altos de lo que deberían ser (80% cuando se combinan).
- La aireación del suelo afecta la disponibilidad de Potasio, de aquí la importancia de favorecer el intercambio gaseoso en el mismo; podría decirse que ésta es la mayor responsabilidad de un agricultor que busca reactivar y regenerar sus suelos. Si la estructura del suelo mejora, el espacio poroso aumenta y en consecuencia mejora el intercambio de gases, entonces el suelo respira, su biología prospera y se incrementan los rendimientos.
El oxígeno es el elemento más importante para la producción de cultivos. Es requisito esencial para la sanidad de las raíces y la vitalidad y desarrollo de todos los organismos aeróbicos que las rodean.
Para favorecer un óptimo intercambio gaseoso se requiere suficiente Calcio para flocular el suelo. De igual importancia en esta ecuación se considera la vida del suelo, la cual determina la estructura de los agregados (migajón) y crea las vías que facilitan la entrada de oxígeno y la salida del CO2 que se produce cuando las raíces y su microbiología asociada “exhalan”
La capacidad de un suelo para respirar determina todo y muchos de nuestros problemas se relacionan con la falta de comprensión de este simple hecho. Ajuste la relación Ca / Mg, vuelva a poblar el suelo, alimente esa biología y recuperará su satisfacción por la agricultura.
- La temperatura del suelo también afecta la absorción y disponibilidad de Potasio. La actividad de la raíz, las funciones de la planta y la actividad metabólica aumentan a medida que aumenta la temperatura del suelo. Este aumento en la actividad fisiológica conduce a una mayor absorción de Potasio.
La temperatura óptima del suelo para la absorción de Potasio está alrededor de 20 ° C. La absorción de este elemento se reduce a bajas temperaturas del suelo. Esto puede parecer un conocimiento inútil, porque aparentemente se puede hacer poco para influir en este factor ambiental, sin embargo, este enfoque es incorrecto. Hay tres estrategias clave que pueden ayudar a maximizar el calor del suelo, que incluyen el uso de inóculos microbianos (acompañados de nutrientes), aplicaciones de sulfatos y aplicaciones de humatos.
Se ha demostrado que los humatos propician un factor aislante que ayuda a mantener el calor del suelo. El sulfato de amonio se reconoce como una buena opción de nitrógeno exotérmico que calienta el suelo para desencadenar una respuesta de brotación más precoz. Cuando se elaboran y aplican millones de microbios benéficos, acompañados de nutrientes para microorganismos, como humatos, algas como kelp, productos a base de pescado y melazas, la resultante explosión en la actividad biológica puede generar su propio calor.
- El tipo de labranza influye en la disponibilidad de Potasio en el suelo. Ahora se sabe que la disponibilidad de este elemento disminuye con la labranza cero. La razón no se comprende del todo, la estratificación de nutrientes que ocurre en el tiempo con la labranza cero podría contribuir. El potasio es altamente móvil y parece lógico que pueda moverse hacia abajo del perfil en suelos no perturbados, reduciendo así su acceso a las raíces jóvenes. También podría estar relacionado con las coberturas vegetales que se manejan en el enfoque de labranza cero.
Por otra parte, ahora sabemos que el glifosato es un producto que perjudica a los microorganismos del suelo y es muy probable que las bacterias solubilizadoras de potasio y los hongos micorrícicos sufran un daño colateral por el que ahora se conoce como «el nuevo DDT».
No se sugiere abandonar las prácticas de labranza cero, pero puede ser preferible realizar labranza mínima. Asimismo, existe una necesidad imperiosa de explorar una tecnología de manejo de malezas más sustentable.