Cómo hacer recomendaciones de forma diferente en función de los resultados del análisis de suelo
Es conveniente considerar los siguientes aspectos antes de seguir las recomendaciones tal y como se indican en el reporte del análisis de suelo:
- Adapte las sugerencias tanto de fertilizantes como de enmiendas para crear una respuesta biológica. Es esencial orientar las recomendaciones con el fin de producir un cambio en la biología del suelo y una respuesta nutricional tan pronto como sea posible. No espere que el suelo cambie, ya que con este enfoque de manejo definitivamente mejorará gradualmente.
- No aplique materiales supresores que eliminen a la biología. Ejemplos clásicos de esto son el uso del Amoniaco Anhidro, del Cloruro de Potasio y de los fungicidas, obviamente esta lista se puede ampliar, pero estos son 3 materiales comúnmente utilizados que realmente dañan la biología del suelo, así que todo lo que se pueda hacer para reducir su uso tendrá un beneficio neto equivalente.
- No aplique nutrientes solubles en exceso en el momento equivocado (cuando no es requerido por el cultivo).
A veces cuesta entender porque algunos productores insisten en aplicar grandes cantidades de Nitrógeno y Fósforo al inicio de la temporada de crecimiento, cuando están estableciendo el cultivo y en algunas ocasiones incluso meses antes de establecerlo. Esto no tiene sentido desde una perspectiva agronómica y económica y si tiene un fuerte efecto supresor en la biología.
Si pensamos en la planta y en sus mecanismos de señalización; por ejemplo, en el caso de las micorrizas (que son bien conocidas por su capacidad de solubilizar y liberar Fósforo haciéndolo disponible al cultivo), cuando se siembra un cultivo como maíz, soya, trigo, espinaca o pimiento y se aplica un fertilizante de inicio en el surco; si éste contiene niveles altos de Fósforo soluble, su desarrollo se verá suprimido y una vez que la semilla germina y el cultivo empieza a crecer, digamos que tres semanas después, ya que ha absorbido una gran cantidad del Fósforo que se aplicó y necesita niveles adicionales;la planta usa sus mecanismos de señalización para decir “Hey, necesito más fósforo!” pero resulta que no hay micorrizas porque el Fosforo soluble las destruyó. De esta forma hemos creado un entorno en el que ahora las plantas dependen de que este elemeno se provea “con cuchara” por el resto de la temporada de crecimiento. Lo mismo ocurre con las aplicaciones de Nitrógeno, hay docenas de bacterias que tienen la capacidad de secuestrar este elemento y ponerlo a disposición del cultivo durante su ciclo (cualquier cultivo, no solo las leguminosas), pero esas bacterias dejarán de funcionar cuando se apliquen niveles excesivos de Nitrogeno soluble.
Lo anterior no significa que se deben detener inmediatamente todas las aplicaciones de fertilizantes solubles de Nitrógeno y Fósforo; lo que se sugiere es reducirlas a la cantidad que sabemos que el cultivo realmente requiere, tratar de aplicarla en pequeñas dosis, lo más tarde posible y asociándola con bioestimulantes microbianos para no tener ese efecto supresivo.
- Incluya inoculantes (como parte de las recomendaciones).
Existe una amplia gama de inoculantes muy importantes que es necesario aplicar, como las rizobacterias promotoras del crecimiento, todo tipo de bacterias supresoras de enfermedades, bacterias que producen una respuesta de resistencia tipo SAR (resistencia sistémica adquirida) y que desencadenan una respuesta inmunitaria en la planta, solubilizadoras de Fósforo y de otros minerales, micorrizas, tricodermas, etc.
Es fundamental proporcionar una amplia gama de microorganismos.
- Proporcione el ambiente correcto. Es primordial hacer recomendaciones para mejorar la condición del suelo. Si se cuenta con suelos muy compactos que no tienen buen intercambio gaseoso, se debe hacer sugerencias ya sea para un mejor manejo de la labranza, el establecimiento de cultivos de cobertura o cualquier otra cosa que nos permita desarrollar un perfil con buena aireación. También se pueden usar bioestimulantes y aplicar inoculantes simultáneamente con fuentes de alimento. Asimismo el uso de aplicaciones foliares para proveer la nutrición al cultivo durante toda la temporada de crecimiento es ideal para aumentar el volumen de producción de azúcar en la planta.
¿Que cambios se pueden esperar en términos del análisis de suelo y de respuesta del cultivo si se siguen las sugerencias planteadas anteriormente?
Para ejemplificar nos vamos a enfocar en 2 nutrientes:
1.-Potasio: La mayoría de los suelos limosos y limo-arcillosos en América del Norte contienen aproximadamente 42 000 libras de Potasio por acre (47 075.75 kg/ha) en las primeras 6 pulgadas (15 cm). Hay algunas hortalizas cuyo sistema de raíces está limitado a ésta profundidad, pero en la mayoría de los cultivos es más profundo.
Estas enormes reservas de Potasio sin explotar en el perfil del suelo, pueden liberarse relativamente fácil si contamos con una biología activa que tenga una fuente de alimento y esté trabajando como se requiere. Hemos visto una y otra vez que la clave para lograr altos rendimientos, con frutos de excelente calidad y mejor sabor en muchos cultivos, es un suministro adecuado o incluso abundante de Potasio durante la etapa de llenado de fruto y también hemos encontrado que los cultivos que se producen en suelos con una biología realmente activa pueden superar sustancialmente a aquellos en los que el Potasio se provee “con cuchara” y se aplica semanalmente mediante el sistema de riego. Es notable como la biología puede superar esto.
2.- Fósforo: La mayoría de los suelos pueden contener más de 9000 lbs/acre de este elemento (10 087.66 kg/ha) en las primeras 6 pulgadas (15 cm). Si se continúa utilizando el Fósforo al ritmo actual, tanto en la agricultura como en la industria, en los próximos 25 ó 25 años aproximadamente, se habrán agotado todas las reservas conocidas en el mundo.
La mayor parte de los suelos en America del Norte y también en muchos países del mundo, tienen una reserva adecuada de Fósforo en su perfil por lo que será imprescindible entender cómo aprovecharla; al respecto sabemos que las micorrizas, ciertas bacterias del género Pseudomonas y algunos otros organismos, con el entorno y el soporte adecuado son peculiarmente buenos en la solubilización y por ende la liberación de este elemento.
Fuente: “Changing Agronomy with Biology
John Kempf. Advancing Eco Agriculture

Diferencias en el contenido relativo de clorofila en plantas micorrizadas con Glomus intraradices (derecha) y plantas testigo no inoculadas (izq.)