Traducción del artículo original: Immune Enhancement – The Missing Covid-19 Essential (Part 2)
Graeme Sait
En esta segunda entrega, consideraremos los otros minerales clave para mejorar el sistema inmunitario, junto con las vitaminas de apoyo más importantes.
Selenio: el antioxidante, antiinflamatorio, que da soporte al hígado.
Australia y Nueva Zelanda solo son superados por el continente africano, en términos de niveles sustancialmente bajos de selenio en los suelos. Si realmente somos lo que comemos, entonces los alimentos bajos en selenio que provienen de suelos (deficientes en selenio), inevitablemente crearán deficiencias en los consumidores. Sin embargo, hay un segundo tema aquí. En un mundo tóxico, donde nuestro sistema de desintoxicación de dos etapas está trabajando al máximo, existe una reducción “provocada» de selenio, esto ocurre para contrarrestar constantemente el daño de los radicales libres y desintoxicar nuestro organismo de los contaminantes. En consecuencia, la mayoría de nosotros requerimos suplementos de selenio.
El hígado es la pieza central del sistema de desintoxicación que ocurre en dos etapas; y el mineral más importante para el hígado es el selenio. Las enzimas están, una vez más, involucradas. Esta vez, es el sistema enzimático de limpieza más importante es la glutatión peroxidasa. Esta protección esencial se basa en el trabajo asociado entre un enlace de tres aminoácidos (llamado glutatión), y el mineral más importante, el selenio. La forma más económica (y quizás la más efectiva) para aumentar el glutatión es a través del concentrado de proteína de suero, ya que ofrece altos niveles de los tres aminoácidos componentes para que el cuerpo sintetice el glutatión.
El hígado es una parte integral del sistema inmunológico. De hecho, es un órgano clave de defensa deprimera línea, idealmente ubicado para identificar y ayudar a contrarrestar los patógenos que ingresan al cuerpo a través del intestino. De acuerdo a los estudios, parece que existe una fuerte conexión del intestino con el coronavirus. Las interacciones dinámicas entre las numerosas células en el hígado son muy importantes para optimizar la función inmune. Así que echemos un vistazo más de cerca al selenio, en relación con esta función.
Varios estudios han demostrado que niveles adecuados de selenio en la sangre están relacionados con una mejor respuesta inmune. De hecho, se ha demostrado que la deficiencia de selenio daña la función de las células inmunes. En un estudio titulado «La influencia del selenio en las respuestas inmunitarias», los autores resumen varias investigaciones relacionadas con la respuesta inmune mejorada en los ancianos y la protección antiviral asociada con este mineral. Citan un ejemplo relacionado con una enfermedad cardíaca viral (enfermedad de Keshan), que está directamente relacionada con la deficiencia de selenio. De hecho, el tratamiento primario para esta enfermedad mortal es la suplementación con selenio.
En otro estudio titulado, «Selenio en la dieta, una terapia adyuvante contra las infecciones virales y bacterianas», se informó una correlación clara y poderosa entre las selenoproteínas y la protección (y recuperación) del ataque viral.
También hay estudios relacionados a la suplementación de selenio para mejorar la función pulmonar en asmáticos. Esto puediera ser benéfico para resolver la dificultad para respirar, que es un síntoma clave del Covid-19.
Entonces, ¿cuál es la dosis ideal para la administración de suplementos de selenio y cuál es la mejor forma de suministrarlo?
200 mcg de selenio por día es la dosis requerida para proteger el organismo. Si prefiere obtener el selenio de sus alimentos (en lugar de un frasco), entonces el alimento con el mayor contenido de selenio es la nuez de Brasil (macadamia).
La nuez de Brasil contiene alrededor de 25 mcg de selenio por nuez, pero también contiene cofactores que aumentan la absorción de selenio. El más importante de estos cofactores es la vitamina E, que se encuentra en altos niveles en esta maravillosa nuez. La nuez de Brasil también presenta altos niveles de magnesio y zinc.
La mejor manera de absorber los nutrientes de la nuez de Brasil, es incluir cuatro nueces al preparar el batido verde (green smoothie) cada mañana. La mayoría de nosotros, no masticamos adecuadamente nuestra comida, y los trozos de nuez de Brasil pueden pasar por el tracto digestivo sin ser digeridos. El efecto micronizante de la licuadora asegurará que se absorban la mayor parte de los nutrientes que se encuentran en la nuez de Brasil, el más saludable de todos los frutos secos.
Yodo – Evitando la talla baja
El yodo es el cuarto de los minerales faltantes que deben abordarse para proporcionar protección viral. El mundo se volvió “yodo-fóbico” hace varias décadas, cuando una investigación equivocada sugirió que el yodo (que en ese tiempo se empleaba como suavizante de la masa para panificación), podría crear problemas de salud. Esa investigación ahora desacreditada, afirmaba que el consumo excesivo de pan (y el yodo contenido en él) tenían el potencial de crear hipertiroidismo. Esta condición adversa implica una tiroides hiperactiva, que produce globos oculares abultados, latidos cardíacos rápidos, ansiedad y varios síntomas maníacos. Posteriormente se eliminó el yodo del ablandador de masa y se reemplazó con bromuro, pero aquí radica el problema.
El yodo es parte de un grupo de minerales interrelacionados llamados halógenos. Otros miembros de este grupo incluyen cloruro, fluoruro y bromuro. El yodo es como el elemento “más pequeño de la camada”, en el sentido de que sus hermanos (flour, cloro, bromo) lo impactan seriamente. Los tres antagonistas afectan la absorción de yodo, pero el que más afecta es el bromo (bromuro). El bromuro no está solo en nuestro pan. Es un químico ignífugo que se encuentra en cortinas, alfombras, muebles y asientos de aerolíneas. El cloruro y el fluoruro se encuentran en el agua tratada de la ciudad; y si bien, es posible que usted haya instalado un filtro de carbón para eliminar el cloro en el agua potable, todavía está absorbiendo ambos halógenos a través de la piel cuando se ducha. De hecho, el agua caliente abre los poros para maximizar ese efecto.
Tal vez se pregunte por qué es importante abordar el tema del yodo en la nutrición. El yodo es el mineral más importante para la salud de la glándula tiroides. Es necesario para garantizar una producción adecuada de hormonas tiroideas, y estas hormonas pueden afectar directamente a múltiples áreas del sistema inmune.
Estas áreas incluyen, producción de células B y fagocitos (células de protección que se “comen” a los patógenos) y disminuye la toxicidad en las células. La tiroides también impulsa el metabolismo, que, a su vez, ayuda a maximizar la respuesta inmune.
La suplementación con yodo a base de alimentos se logra mejor con suplementos de algas marinas o con ensaladas de algas. Una sola hoja de algas secas puede proporcionar más de 1000 mcg de yodo.
Una de las razones por las cuales se ocupan las algas marinas para sumplementar la alimentación del ganado, se relaciona con el vínculo entre el yodo y la eficiencia reproductiva, junto con la mejora de la resiliencia de los animales gracias al yodo.
La otra estrategia que sirva para corregir la deficiencia por yodo, es suplementar cinco gotas de Solución Lugol (disponible en línea para Australia de IHerbs o Piping Rock) en un vaso de jugo, durante un mínimo de tres meses. Es importante que continúe con la suplementación durante un mínimo de tres meses. Por lo general, lleva varios años crear una deficiencia e invariablemente lleva varios meses corregirla.
Las vitaminas liposolubles que mejoran el sistema inmune
Quizás el antioxidante liposoluble más conocido es la vitamina D3. Curiosamente, ahora sabemos que esta potencia protectora no es en realidad una vitamina, pero es demasiado tarde para cambiarle el nombre. Esta sustancia, producida por nuestra piel en presencia de la luz solar, es en realidad una hormona con un importante vínculo con el sistema inmune. Existen estadísticas que relacionan la escasez de vitamina D3 con una susceptibilidad significativamente mayor a las enfermedades virales, particularmente aquellas que afectan el sistema respiratorio. En un meta-análisis de 25 ensayos aleatorizados y controlados, publicado en 2017, se confirmó que la suplementación con vitamina D ofrece una protección significativa contra las infecciones respiratorias agudas. Los estudios también han demostrado que existe una asociación aparente entre los bajos niveles de vitamina D y la susceptibilidad a infecciones virales como la influenza.
La mayoría de nosotros nos beneficiaremos con un incremento de D3. Un estudio en Queensland (el «Estado del Sol») encontró que la mayoría de los habitantes de Queensland eran deficientes en D3. Se necesita una exposición completa del cuerpo durante 11 minutos, siete días a la semana, durante las horas pico de luz solar (10 a.m. a 2 p.m.) para generar suficiente D3. La mayoría de nosotros cubrimos nuestros cuerpos con protector solar o ropa, si vamos a estar completamente expuestos a la radiación, y esto excluye lo bueno con lo malo.
Nuevas investigaciones sugieren que existe una proporción entre la cantidad de vitamina A y la vitamina D, esta proporción determina parcialmente el rendimiento protector de la vitamina D.
El mejor suplemento en relación con esta proporción proviene de la naturaleza (por supuesto). El aceite de hígado de bacalao contiene niveles óptimos de vitamina A y vitamina D3. Este aceite también contiene altos niveles de compuestos antiinflamatorios, los ácidos grasos omega-3. Lo más recomendable es tomar una cucharada sopera diaria.
La mejor manera de tomar la cucharada de aceite de hígado de bacalao es combinarlo con el jugo de un limón. De esa manera, no se percibirá el sabor a pescado y tampoco el subsecuente reflujo. Los limones también son alcalinizantes y ofrecen varios otros beneficios, incluida la vitamina C.
Mi gran amigo y mentor, el fallecido Jerry Brunetti, compartió algunas investigaciones hechas en EE. UU. Que involucran altas dosis de vitamina A, como un posible complemento de la vacuna contra la gripe. Lo probé hace algunos años, cuando la gripe aviar impactó a todos en NTS. Fui el único que complementó con grandes cantidades de vitamina A, y fui el único miembro del equipo que no sucumbió. Sin embargo, puede ser peligroso tomar altas dosis de este nutriente, por lo que compartiré una estrategia segura, que involucra el jugo de zanahoria, más adelante en este blog.
Vitamina C: Comprendiendo al “caballo de batalla”
Linus Pauling fue la única persona, por méritos propios, en ganar dos premios Nobel. Su segundo hallazgo llegó más tarde, cuando su salud se vio significativamente comprometida. Atribuye su posterior recuperación y vitalidad continua a su descubrimiento de los profundos beneficios de las altas dosis de vitamina C.
El cuerpo humano no produce vitamina C. Debe provenir de alimentos o suplementos. La vitamina C soluble en agua se excreta rápidamente, por lo que tiene sentido consumirla diariamente. Esto es particularmente importante a medida que envejecemos. Varios estudios han revelado niveles sanguíneos más bajos de esta vitamina, importante para el sistema inmune, asociada con el proceso de envejecimiento. Posiblemente, esto esté relacionado con un entorno cada vez más oxidativo relacionado con más inflamación y quizás con la toxicidad acumulada asociada con el envejecimiento.
La vitamina C es el caballo de batalla del sistema de desintoxicación de dos etapas y, en un mundo con 74,000 productos químicos registrados, este sistema a menudo requiere apoyo. De hecho, se podría argumentar que a pesar de la suplementación natural de vitamina C, su organismo no tendría la suficiente suplementación para lidiar con el estrés oxidativo que ocurre en nuestra vida.
Creo que todos nosotros debemos complementar la vitamina C a diario. Veamos cómo se vincula la vitamina C con el sistema inmune.
Nuestra capacidad inmune se basa en nuestro sistema inmune innato heredado, y en nuestro sistema adaptativo, desarrollado en las primeras dos décadas de vida. Ambos sistemas se vuelven menos eficientes en ausencia de suficiente vitamina C. Es importante observar el vínculo entre los niveles sanguíneos de vitamina C en individuos sanos y los niveles encontrados en las personas que padecen enfermedades como el cáncer, la diabetes, la artritis y la neumonía. Los niveles en sangre son típicamente 50% más bajos en las personas con problemas de salud. Esto podría estar relacionado con el aumento del estrés oxidativo asociado con estas enfermedades, o podría ser un factor importante que contribuye a la aparición de la enfermedad. De cualquier manera, es importante garantizar niveles óptimos de vitamina C en todo momento.
La vitamina C ofrece apoyo crítico a las células que elimina a los patógenos y a las células que coordinan esta defensa. La vitamina C es igualmente importante para la producción de anticuerpos que combaten infecciones conocidas.
Envejecer implica inmunosenescencia (el envejecimiento del sistema inmune), y en esta pandemia actual se ha vuelto muy claro que los baby boomers están en mayor riesgo. Como mencioné anteriormente, considero que es una negligencia grave que la maquinaria médica moderna no esté recomendando estrategias de protección para mejorar el sistema inmunológico en este momento. Recientemente escuché a un profesor del Reino Unido que afirmaba que la terapia con altas dosis de vitamina C carecía de investigación. ¡Por el amor de Dios! ¡Cuántos artículos publicados quieres, médico mal informado!
Las membranas de las células que forman parte del sistema inmunológico están equipadas con moléculas transportadoras diseñadas para bombear esta vitamina a la célula, siempre que se requiera más. Durante tiempos de inflamación e infección, esos transportadores aumentan su actividad, en la medida en que las células inmunes contendrán hasta 100 veces más vitamina C que la sangre. Es por eso que los niveles sanguíneos de vitamina C siempre disminuyen cuando estás enfermo, y es de sentido común que una estrategia altamente productiva sería suplementar con vitamina C.
Las células inmunes varían en su contenido de vitamina C, pero las células que tienen un mayor contenido de vitamina C son los fagocitos y los linfocitos T. Los fagocitos engullen y destruyen los organismos invasores, mientras que los linfocitos T reclutan, organizan y dirigen otras células inmunes.
Existen múltiples estudios que confirman la capacidad de la vitamina C para aumentar la inmunidad, de ahí mi molestia ante la inaceptable ignorancia del académico del Reino Unido.
Existen varios estudios sobre el uso de vitamina C en el tratamiento y prevención de síntomas respiratorios. Una revisión de los estudios de vitamina C publicados en Military Medicine encontró una reducción del 45 al 91% en los síntomas del resfriado común asociados con la suplementación. En este contexto, el hallazgo más emocionante de este meta-análisis fue una reducción del 80-100% en la neumonía.
Varios otros estudios han demostrado que la vitamina C puede evitar el proceso inducido por sepsis. Este es el fenómeno donde las moléculas inflamatorias inmunomediadas se acumulan en los pulmones y destruyen la función pulmonar (este es un resultado común que ocurre en las víctimas mortales del Covid-19).
Estas investigaciones, junto con muchos otros estudios, han promovido la publicación de un nuevo artículo realizado por la prestigiosa revista médica The Lancet Respiratory Medicine, donde se sugiere una dosis alta de vitamina C como terapia de rescate para las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), causado por Covid-19.
Vitamina C, consejos
Hemos reconocido la gran importancia de esta vitamina para el apoyo inmunológico, entonces las siguientes preguntas estarían relacionadas con la dosis óptima y las formas más efectivas de consumir este nutriente clave.
La dosis diaria recomendada de vitamina C es de solo 90 mg por día, pero esto es inadecuado si buscamos protección contra la enfermedad. Es aceptado que se requiere un mínimo de 1000 mg (1 gramo) por día para mantener la inmunidad, pero, si se enfrenta a un problema específico, entonces la dosis se puede incrementar hasta 10.000 mg (10 gramos) por día, en dosis orales divididas. De hecho, la vitamina C intravenosa como tratamiento contra el cáncer puede llegar a dosis de hasta 25 gramos por día.
Personalmente, recomiendo una dosis protectora de 3000 mg por día, dividida equitativamente en dos dosis, es decir, 1500 mg por la mañana y 1500 mg por la noche.
Una dosis oral de 10,000 mg por día debe dividirse en tres dosis de 3,350 mg, tomadas con cada comida.
Hay dos factores clave a considerar al elegir el suplemento de vitamina C oral más efectivo:
1) El suplemento siempre debe contener bioflavonoides, ya que la vitamina C se absorbe mucho mejor en presencia de estos antioxidantes. No es casualidad que los bioflavonoides estén presentes a altas tasas en productos frescos que contienen altos niveles de vitamina C.
2) Los suplementos de vitamina C también deben tener una amortiguación (buffer) de pH con un complejo mineral (como ocurre en la naturaleza). Las dosis altas de ácido ascórbico sin amortiguar pueden tener un efecto contrario en organismos intestinales benéficos. De hecho, a menudo se usa la vitamina C como estabilizador en el pan comercial.
La vitamina C liposómica es costosa, pero se absorbe y utiliza particularmente bien. Discutí la mecánica del suministro de liposomas anteriormente en este artículo. Esto implica la entrega del nutracéutico deseado, encapsulado dentro de pequeñas burbujas de grasa (fosfolípidos), que son rápidamente absorbidas por nuestras membranas celulares basadas en fosfolípidos. Es un caso de «lo similar atrae a lo similar». La vitamina C liposómica está mucho más disponible en el mercado que el zinc liposómico. Sin embargo, debido a la crisis actual, es posible que sea difícil conseguirla.
En la última entrega de este blog, analizaré a profundidad a los jugadores clave para tener un buen régimen de mejora inmunológica. También describiré mi propia práctica diaria para crear una capacidad inmune óptima, en caso de ser necesario.
Les deseo a todos una maravillosa Pascua, a pesar de las limitaciones.
Manténganse felices y saludables.
Un cordial saludo,
Graeme
https://blog.nutri-tech.com.au/immune-enhancement-the-missing-covid-19-essential-part-2/