Anteriormente mencionamos que las plantas presentan 2 tipos de Inmunidad:
1.- Inmunidad pasiva: Cuando se elimina la fuente de alimento.
2.- Inmunidad activa: Cuando las plantas están sanas y vigorosas y producen compuestos que tienen la capacidad de
matar bacterias, hongos e insectos.
Todo comienza con la fotosíntesís, éste proceso es básico. La planta absorbe agua del suelo y CO2 del aire y los combina para formar un azúcar simple de cadena corta (de 24 enlaces) llamada glucosa (C6H12O6). Luego, la molécula de glucosa se separa y se reorganiza nuevamente integrándose en cadenas mucho más largas y complejas que dan origen a diferentes tipos de azúcares entre los que se encuentran otros monosacáridos (azúcares simples de cadena corta) y los polisacáridos, como el almidón (compuesto de reserva energética de la planta), la lignina, la celulosa, la hemicelulosa y las pectinas que son carbohidratos estructurales que conforman el cuerpo de la planta.
En lo que respecta a la formación de proteínas, nuevamente partimos de la glucosa una vez que se ha reorganizado y a la cual se le ha unido Nitrógeno. A la combinación de azúcares más Nitrógeno se le llama aminoácido. Se encuentran 23 aminoacidos principales en las plantas. Estos aminoácidos se enlazan en pares o tríos, a los cuales se denomina péptidos (un dipéptido es la unión de 2 aminoácidos, y un tripéptido es la unión de 3 aminoácidos). Los péptidos a su vez se unen para formar cadenas mucho más largas a las que se les conoce como proteínas completas.
Ahora bien, para que todo esto ocurra se necesita la presencia de catalizadores de dichas reacciones. Existe un “equipo de fusión y adhesión” dentro de la planta que constantemente está separando las cadenas de azúcares, aminoácidos y péptidos y volviéndolas a integrar en diversas configuraciones. Este equipo está conformado por las enzimas que son proteínas que tienen forma de cristal y gracias a ello funcionan mediante la recolección-absorción de energía fotónica y su liberación casi como si fuera un rayo láser en miniatura, como una explosión que es como une y separa estos enlaces.
Cuando una enzima se encuentra en estado latente está inactiva, no sucede nada. Las enzimas son completamente dependientes (al 100%) de lo que llamamos un “cofactor enzimático”. Los microelementos como el Zinc, Manganeso, Cobre y Boro (todos iones metálicos) son cofactores enzimáticos sin cuya participación la enzima no funciona, permanece inerte.
En cuanto a su funcionamiento, las enzimas son comparables a una llave inglesa en el sentido de que ésta herramienta sólo se ajusta en forma adecuada a un determinado tipo de tuerca o tornillo. De la misma forma tenemos que cada enzima solamente puede producir una reacción específica. Por ejemplo, únicamente puede ligar un aminoácido específico a otro aminoácido específico y debido a que hay docenas de aminoácidos, docenas de carbohidratos y miles de combinaciones posibles hasta el momento se ha encontrado que las plantas tienen más de 10 000 enzimas diferentes y cada una necesita de un cofactor enzimático. Todos los cofactores enzimáticos son metales como Cobre, Cobalto, Fierro, Manganeso, Magnesio, etc., o bien vitaminas del “complejo B” que a su vez son dependientes de metales, por ejemplo la vitamina B12, (cianocobalamina) depende del cobalto. Si el cofactor enzimático falla; digamos qué si a una planta le falta Manganeso, Zinc o alguno de los metales previamente mencionados, no funcionan todas las enzimas que dependen de ese cofactor.En otras palabras, la maquinaria no funciona, toda la maquinaria falla sin la presencia de los cofactores enzimáticos. Es como si en una máquina de fabricación de cadenas, uno de los brazos estuviera desalineado lo que ocasionaría que cada eslabón se dañe o se deforme.
La importancia de comprender lo anteriormente descrito radica en que el proceso de digestión, ya sea que se trate del aparato digestivo de un insecto, de una vaca o el nuestro, es exactamente el mismo que decribimos para las plantas en lo que respecta a la formación de compuestos, excepto que a la inversa. En lugar de tener enzimas para construir enlaces entre moléculas simples y luego unirlas en cadenas más grandes, tenemos enzimas diseñadas para romper dichos enlaces ya sea entre proteínas, péptidos o aminoácidos y descomponerlos hasta un punto en el que son lo suficientemente solubles como para que puedan atravesar el recubrimiento intestinal y ser utilizados como fuente de energía ya sea por una persona, una vaca o un áfido. La clave está en que el sistema enzimático de un áfido es completamente diferente del sistema enzimático de una vaca o de un ser humano.
Por otra parte, nos referimos a algunos grupos de insectos como “insectos con sistemas digestivos simples”. Esto significa que dado que se tiene la siguiente progresión: comenzamos con la glucosa, a la cual se le une el Nitrógeno para formar un aminoácido; luego se enlazan 2 o 3 aminoácidos y se forma un dipéptido o un tripéptido; posteriormente los diferentes péptidos se enlazan para formar proteínas completas mismas que pueden ser cadenas que tienen hasta 200 a 300 000 enlaces, pues bien, insectos como el pulgón de la caña de azúcar y todas las larvas como el caso del gusano elotero, los falsos medidores, el gusano del cuerno del tomate, el gorgojo de la alfalfa, etc., no tienen las enzimas digestivas necesarias para romper los enlaces peptídicos que se forman cuando se produce una proteína completa. Por ello, cuando se tiene una planta con un sistema enzimático totalmente funcional, que está produciendo proteínas y carbohidratos completos, esto implica que se ha eliminado la fuente de alimento de la cual dependen los afidos, las larvas (en el caso de insectos de metamorfosis completa) y los ácaros y que ya no pueden alimentarse de esa planta. Exactamente de la misma forma en que un ser humano no podría consumir pasto porque no puede descomponerlo, no puede digerirlo.
Insectos con Sistema Digestivo Simple
Las enzimas también son comparables con llaves inglesas en cuanto a que nunca se agotan, es decir, una llave inglesa puede apretar cien mil tuercas y tornillos y una enzima puede hacer lo mismo con las reacciones que cataliza. Esto significa que puede producir el mismo tipo de reacción una, otra y otra vez sin ser consumida, razón por la cual se solo necesitan concentraciones muy pequeñas de ella.
El manejo adecuado de la nutrición es la mejor solución a los problemas que se presentan por la presencia de plagas y enfermedades en los cultivos. Por ejemplo, un problema grave que se tiene debido a la presencia de organismos patógenos es el caso del HLB (enverdecimiento de los cítricos) que se considera insuperable. Sin embargo, en un trabajo realizado con un productor de cítricos, vimos que en 18 meses el problema se revirtió completamente, desapareció. A medida que hemos trabajado con cientos de productores, con diferentes tipos de plantas y en distintos entornos, hemos podido observar un cambio consistente; una evolución en la sanidad de las plantas que es estable (independientemente del cultivo en cuestión) y en la cual, con base en lo que está ocurriendo en su fisiología, se vuelven resistentes a diversas enfermedades y plagas. Por este motivo y a fin de describir lo que vimos que estaba ocurriendo dentro de la planta desarrollamos un diagrama al que llamamos “Pirámide de Sanidad Vegetal”.
Fuente: “Why are spider mites only attracted to certain fields?”
John Kempf et al. Advancingecoag.com