CONSIDERACIONES DE MANEJO AGRONOMICO DE LOS 7 MICRONUTRIENTES PRINCIPALES
MOLIBDENO
- Actúa como cofactor enzimático de la nitrato reductasa, que es la enzima que convierte los Nitratos a Aminoácidos en el interior de la planta.
- Es necesario para la actividad del complejo de enzimas nitrogenasas de los organismos fijadores de Nitrógeno que tienen una relación simbiótica con las raíces. Tal es el caso de las bacterias que pertenecen a los géneros Azotobacter, Azospirillum, y Rhizobium (en el caso de leguminosas), todas ellas requieren la presencia de Molibdeno para fijar Nitrógeno.
En el caso de Rhizobium, cuando éste elemento está ausente, se pueden ver nódulos con el interior blanco o gris, mientras que, si el Molibdeno está presente, el interior de los nódulos se torna de color rosa ó rojizo y se vuelven mucho más eficientes en la fijación de Nitrógeno, asimismo, la población de estos microorganismos se incrementa en forma extraordinaria.
El Molibdeno también puede aumentar la resistencia de las plantas a diversas enfermedades como son:
Verticilium, Mancha angular de la hoja, Mildew polvoriento, Xanthomonas, una diversidad de Virus y tambié inhibe las infecciones por Nemátodos.
En experiencias en campo se ha podido observar la importancia de este elemento para el control de infecciones bacterianas que afectan el tejido vascular de la planta tales como: Marchitez bacteriana de Goss en Maíz, Síndrome de la muerte súbita en Soya, Enverdecimiento de los Cítricos, Enfermedad de Pierce en Uva y Agalla de la Corona en Nogal de Castilla y otras nueces. La presencia de este tipo de bacterias puede reducirse significativamente si se tienen niveles adecuados de Molibdeno. Lo mismo ocurre con una amplia gama de virus entre los que se encuentran diversos tipos de mosaico, ya que la presencia de este elemento puede tener un impacto significativo tanto en la prevención como en la reducción de la expresión viral en un cultivo. La literatura reporta que el Molibdeno, al igual que otros metales pesados, desactiva los virus mediante la desnaturalización de su capa proteica (1967).
ZINC
- Tamaño y uniformidad de la hoja.
Si existe un suministro adecuado o bien abundante de Zinc, las hojas tienden a ser más grandes y más anchas, cambia su relación de forma, generalmente son más anchas y proporcionalmente más cortas.
Una consideración importante en relación con la uniformidad de la hoja es observar el punto en el cual ambos bordes de la lámina foliar se unen al peciolo. Cuando hay una desalineación, es decir que la unión de uno de los bordes con el pecíolo se da en un punto que se encuentra separado de la unión del otro lado ya sea por ¼, ½ ó 1.0 pulgada, ésta disimilitud revela que la planta no tiene una cantidad adecuada de Zinc (hay bajos niveles de este elemento).
Lo ideal es tener una simetría perfecta, es decir que ambos bordes exteriores de la hoja deben unirse al pecíolo exactamente en el mismo punto, si esto no ocurre, es un indicador de deficiencia de Zinc. Hay algunos cultivos que genéticamente tienden a carecer de ésta simetría. Algunas variedades de tomate pueden presentar ésta situación particularmente en hojas laterales, pero en general la mayoría de los cultivos, muestran esa simetría perfecta.
El Zinc también aumenta la resistencia de las plantas a una serie de diversas enfermedades, está relacionado con Rhizoctonia, Fusarium, Phytophtora, Roña de la Papa, algunos Virus y la literatura reporta que también reduce la presencia de aflatoxinas en granos.
Siempre que se presta atención al manejo de los micronutrientes y minerales traza, surgen dudas acerca de cómo pueden aplicarse de forma más eficiente; si se pueden usar Sulfatos como fuentes de Zinc, Cobre o Manganeso o si se deben considerar los quelatos sintéticos como el EDTA, (por ejemplo Quelato de Manganeso en forma EDTA), o bien el EDTHA, que es otro agente de quelación sintético, comúnmente utilizado para el Fierro.
En lo que respecta al manejo de los microelementos, desde que empezamos a utilizar el análisis de savia en 2011, nos quedó muy claro que las plantas absorben los quelatos de ácidos orgánicos y los quelatos de aminoácidos en forma mucho más efectiva y eficiente que los quelatos sintéticos. Si se compara una aplicación de Quelato de Manganeso en forma EDTA con la de un Quelato de ácido orgánico, ésta última siempre muestra una presencia significativamente mayor de Manganeso en el análisis de savia que la que se tiene con el uso de EDTA. Lo mismo ocurre en el caso del Fierro tanto con la forma EDTHA como con la EDTA. En general encontramos que los quelatos de ácidos orgánicos y de aminoácidos, tienden a producir una respuesta mucho mayor en el cultivo y hay una presencia de microelementos más evidente en el análisis de savia, en comparación con las otras formas que están disponibles.
ASPECTOS IMPORTANTES DEL MANEJO DE MICRONUTRIENTES
-Hay algunas investigaciones que plantean la existencia de una relación entre las fases de la luna y el momento de realizar aplicaciones nutricionales. Mediante el análisis de savia hemos la absorción de nutrientes durante todo un mes, durante varios meses y a lo largo de todo el ciclo de crecimiento y hemos visto que en un ciclo lunar de 4 semanas, hay una en la que las plantas absorben una gran cantidad de nutrientes en forma excepcional. Hay 2 semanas en las que presentan una absorción media y hay una semana en la que la absorción es muy baja y en la cual, lo ideal posiblemente sería no realizar aplicaciones (ya sean foliares o en el riego); o bien, reducir la cantidad de lo que se aplica.
En caso de que exista una deficiencia severa que se tenga que remediar, es importante entender que en esa semana se debe aplicar una cantidad mayor para compensar la baja en la absorción y obtener una respuesta adecuada en el cultivo.
-Si se tiene Manganeso en exceso, éste limitara el flujo del Potasio y por consiguiente el movimiento de azúcares a los frutos lo cual puede reducir y afectar la coloración de los mismos.
-Cuando aparece una enfermedad, como puede ser el Mildew polvoriento, y se suministran al cultivo tanto los micronutrientes faltantes como los que no se encuentran en niveles adecuados (que es lo que lo está llevando a presentar mayor susceptibilidad) y además se le proporcionan en cantidades suficientes, lo mas pronto posible, la enfermedad se puede detener, puede evitarse su propagación y en muchos casos realmente revertirse. Esto último, por supuesto depende de la enfermedad de que se trate y del daño que haya causado al tejido vascular de las plantas. Algunas enfermedades no pueden revertirse porque ya han causado demasiado daño, pero una amplia gama de ellas, entre las que se encuentran el Cáncer bacteriano, la Peca bacteriana y la Mancha bacteriana, hemos observado que donde los productores aplicaron micronutrientes foliares, no sólo uno, sino generalmente una combinación de Zinc, Manganeso, Cobre, Boro y cualquier otro que se indique (preferentemente basados en un análisis de savia pero algunas veces con base en la experiencia), pudieron detener por completo una enfermedad que ya había comenzado a expresarse y se estaba diseminando. De aquí que es posible manejar la nutrición de las plantas para prevenir la propagación de la enfermedad.
-El problema de ataque de coleópteros en plantas en vivero se presenta cuando éstas no producen proteínas completas y hay altos niveles de nitratos y aminoácidos solubles en la savia, lo que generalmente es un indicador de niveles inadecuados ya sea de Magnesio, Azufre o Molibdeno o una combinación de los 3.
-De entre los micronutrientes principales, hay 3 que hasta cierto punto tienen una correlación entre los niveles del suelo y los del análisis de savia y son: Molibdeno y Boro, porque son aniones y no se adhieren a los coloides del suelo y el tercero es el Zinc porque no tiene diferentes estados de oxidación y puede ser absorberse adecuadamente en el perfil de suelo. Los demás metales (Fierro, Manganeso, Cobre y Cobalto) no presentan correlación entre los niveles en el suelo y la absorción por la planta.
-Los 7 micronutrientes principales, se pueden combinar en una sola aplicación foliar.
-Hay muchos quelatos de ácidos orgánico que son efectivos. El ácido fúlvico es bueno, pero hay otros ácidos orgánicos como el ácido cítrico, ácido acético, ácido carbónico, sulfonatos de lignina, etc. Existe una serie de diferentes materiales que son agentes quelantes y pueden transportar nutrientes las plantas de manera muy efectiva.
– Cuando hay niveles altos de Molibdeno y Boro el único problema que se presenta desde una perspectiva de sanidad y
crecimiento de las plantas es que causan deficiencias funcionales de los nutrientes con los que mantienen una estrecha relación, por lo que, si se tiene exceso de Boro, los síntomas son idénticos a los de la deficiencia de Calcio. De tal manera que puede adicionar Calcio y los síntomas de exceso de Boro desaparecerían. Lo mismo ocurre con el Molibdeno cuyo exceso causa una deficiencia de Nitrógeno y cuando éste último se suministra, los problemas de exceso de Molibdeno desaparecen.
Es posible provocar excesos de micronutrientes, sin embargo si estos se aplican en las cantidades recomendadas, es muy inusual observar excesos. En realidad los vemos muy raramente.
-Cuando se calcula la cantidad real del micronutriente que se está aplicando por acre, por lo general ésta será sustancialmente menor, en términos de gramos por acre de Fierro por ejemplo, empleando un quelato de ácido orgánico o un quelato de aminoácidos que cuando se emplea una libra de Sulfato de Fierro. Sin embargo, lo que realmente importa es la cantidad que absorben las plantas y ésta será mucho mayor si se hace una aplicación del elemento en forma quelatada comparativamente a cuando se hace una aplicación foliar ya sea de Sulfato de Fierro o de Sulfato de Manganeso, aún cuando la cantidad físicamente aplicada es mucho mayor si se utilizan este tipo de fuentes.
Se debe poner atención a la eficiencia del producto más que a la cantidad del material aplicado.
-No se puede asumir que el Fierro y el Manganeso en la hoja son fisiológicamente activos a partir de un análisis foliar con base en materia seca, aún cuando éste y el análisis de suelo reporten niveles que van de excelentes a excesivos.
Particularmente en el caso del Fierro, lo que hemos observado en muchas ocasiones (desde que comenzamos a usar el análisis de savia), es que se pueden realizar simultáneamente un análisis de savia y un análisis foliar y mientras que el análisis foliar muestra que se tienen altos niveles de Fierro, el análisis de savia muestra que hay una deficiencia del mismo y si en este caso se aplica una pequeña cantidad de quelato de Fierro, se obtiene una extraordinaria respuesta de la planta, lo que obviamente indica que no ha tenido los niveles adecuados de este nutriente.
En algunos experimentos que se han llevado a cabo durante 3 temporadas de crecimiento con un agricultor, en los cuales se han estado realizando análisis continuos y simultáneos de forraje (materia seca) y de savia, hemos observado que cuando comenzamos a relizar aplicaciones de Fierro, los niveles de éste elemento aumentaron en el análisis de savia, mientras que bajaron en el análisis foliar (materia seca). Entre mas Fierro estaba biodisponible y fisiológicamente activo, las cantidades que se encontraron en el análisis foliar fueron menores.
-Una forma de abordar las enfermedades en un cultivo es simplemente usar el análisis de savia para identificar los nutrientes que no se encuentran en los niveles adecuados o bien que están ausentes y suministrarlos debidamente y así observar como éstas desaparecen. Lo hemos visto en el caso de diversas enfermedades con las que hemos trabajado. Se ha tenido mucho éxito en el control y la completa reversión del Cáncer bacteriano en Cerezas por ejemplo, así como en otros frutos de hueso. No podemos señalar exactamente qué hicimos para producir ese resultado, simplemente utilizamos análisis de savia y aplicamos los minerales traza que se encontraban deficientes y la enfermedad desapareció.
La realidad es que cuando vemos el manejo de la nutrición de las plantas con este enfoque, no necesitamos saber exactamente qué enfermedades están correlacionadas con determinados perfiles de micronutrientes (lo cual sin duda es una información útil, valiosa e interesante), sino que solamente podemos equilibrar todo lo que se encuentre bajo o carente en las plantas confiando en que de esta forma nos estamos ocupando del problema, ya que éste se resuelve de forma muy efectiva.
-Cuando observamos lo que está sucediendo en una planta desde una perspectiva biofísica más que desde una perspectiva bioquímica, y pensamos en las cargas de los electrones, la oxidación-reducción, el potencial de voltaje de la membrana celular, etc. (lo cual se puede medir por el pH, eh, etc), generalmente encontramos que son los desequilibrios en los parámetros biofísicos los que conducen a la susceptibilidad a enfermedades y que son los micronutrientes los que pueden ayudar a restablecer el equilibrio que nos dará una mayor resistencia a las enfermedades.
-Si se pretende producir resistencia a plagas y enfermedades y se usa un refractómetro como indicador para correlacionar y describir la posible susceptibilidad a este tipo de problemas, es importante tener en cuenta que las plagas y las enfermedades aparecerán primero en las partes más débiles de la planta, por lo que cuando medimos la última hoja completamente madura (la cuarta hoja a partir del ápice de crecimiento) y encontramos que los niveles de Brix están bien, pero los niveles de Brix en las hojas viejas no lo están, esa planta todavía es susceptible a enfermedades y a plagas.
Este es un aspecto importante a considerar ya que la susceptibilidad se puede manifestar en una parte de la planta que no es la que se está midiendo, por lo que necesita identificarse cual es la parte más débil y medir ese punto para usarlo como nuestro parámetro de susceptibilidad global.