Las aplicaciones foliares son una de las opciones de manejo más eficaces (si no es que la más efectiva), para promover los sistemas de agricultura regenerativa y llevar la sanidad del suelo y de la planta a un nivel mucho mayor.
Este es un enfoque diferente a lo que ha sido la principal visión histórica, la cual plantea que las aplicaciones foliares favorecen el crecimiento de las plantas (mayor tamaño y vigor) y que se pueden producir mayores rendimientos sin agregar tantos nutrientes al suelo e incluso que se pueden agotar los nutrientes del suelo con el tiempo.
Si bien esto es cierto, las aplicaciones foliares también se pueden manejar con el propósito de aumentar considerablemente la sanidad de las plantas y al mismo tiempo tener un efecto positivo en el suelo de tal forma que se puede regenerar su sanidad, aumentar su contenido de materia orgánica y secuestrar de Carbono muy rápidamente mientras se está produciendo un cultivo.
Existe la idea de que se necesita tener un suelo sano para producir un cultivo sano, ésta idea no es incorrecta pero si es incompleta. La realidad es que se necesita tener plantas sanas para crear un suelo sano. Las plantas son el motor para lograr este propósito, si no fuera por su presencia el suelo sería roca sólo intemperizada, ellas encargan de secuestrar Carbono y mandarlo a las raíces en forma de exudados, además de producir la materia orgánica que proporciona el sustrato para la actividad de los microorganismos y favorece la digestión microbiana.
El uso de las aplicaciones foliares puede acelerar este proceso al tiempo que nos permite obtener beneficios adicionales como son un aumento en la resistencia a plagas y enfermedades, incremento en rendimiento y una mejor calidad del cultivo en general.
MANEJO DE LAS APLICACIONES FOLIARES COMO PARTE DE UN SISTEMA
Es importante considerar el uso de las aplicaciones foliares como parte de un sistema a fin de restablecer la sanidad del suelo y de las plantas, así como también la forma de prepararlas para lograr el mayor impacto posible.
Usualmente se piensa en las aplicaciones foliares como la solución para resolver una situación específica, mas que para regenerar todo el ecosistema. Generalmente esperamos a que se presente un problema para realizar una aplicación de nutrientes, bioestimulantes, pesticidas o biocontroles, ya sea que se trate de la presencia de una enfermedad o una plaga, o bien que se manifieste una deficiencia de microelementos o quizá sabemos que históricamente aparece una deficiencia en determinada etapa de desarrollo de la planta.
Cuando se toma en cuenta la relación suelo-planta dentro del ecosistema y la forma en que los suelos y las plantas interactúan para reconstruirlo o degradarlo, una de las preguntas es: ¿Dónde podemos encontrar los puntos de activación del sistema? Los puntos en los que aplicando una pequeña cantidad de producto (gramos, onzas o unas pocas libras por acre) podemos provocar una extraordinaria respuesta del cultivo. El uso de aplicaciones foliares de nutrientes y bioestimulantes es la manera más efectiva y fácil de hacerlo porque nos permite activar el motor fotosintético de la planta. Las aplicaciones foliares bien preparadas, son una de las formas más rentables para obtener una respuesta excepcional del cultivo con poca cantidad de producto.
APLICACIONES FOLIARES EN RELACION CON LAS LECTURAS DE BRIX
Las aplicaciones foliares pueden usarse para incrementar los Brix en el tiempo y estas lecturas de Brix se pueden tomar como un indicador, de la sanidad y la calidad general de la planta.
Digamos por ejemplo, que estamos trabajando con un cultivo de pistacho y que partimos de una lectura de Brix de 4.0
Cuando realizamos una aplicación foliar, la lectura de Brix se dispara de 4.0 hasta 12.0. Este incremento se obtiene muy rápido, en una aplicación foliar bien diseñada debería producirse en cuestión de horas (a veces puede ocurrir en 20 ó 30 minutos, algunas otras puede tomar 2 ó 3 horas). Si no obtenemos este pico en la lectura de Brix dentro de las 24 horas posteriores a la aplicación, entonces nuestra aplicación foliar no ha sido efectiva para producir un efecto de mejora en la sanidad de la planta y del suelo.
Debe presentarse un fuerte pico ascendente en el valor de Brix en forma muy rápida y luego esa lectura descenderá gradualmente, de 12.0 quizá hasta 4.5 ó 5.0, la velocidad a la que desciende puede variar. En ecosistemas realmente sanos donde tenemos un suelo dinámico, comunidades microbianas activas y plantas realmente vigorosas, podemos mantener este pico en la lectura de Brix de 4 a 6 semanas. Mientras que, cuando tenemos suelos y plantas enfermos, que son un reto para las comunidades microbianas, este valor puede descender de 12.0 a 4.5 o 5.0 en tan solo 3 días.
Una vez que con el tiempo la lectura de Brix ha descendido (digamos que ahora está en 5.0), y se realiza una segunda aplicación foliar, como respuesta se vuelve a presentar un incremento. En esta ocasión el pico llega hasta 14.0 y gradualmente vuelve a descender; pero ahora baja a 6.0.
Si se realiza una tercera aplicación foliar, la lectura vuelve a subir, ahora hasta 16.0 y desde este nuevo valor alcanzado desciende tal vez hasta 8.0.
Estamos dando valores hipotéticos, hay variaciones de un cultivo a otro pero todos tienen un umbral, digamos que para el pistacho es de aproximadamente 16.0. Cuando las plantas están consistentemente por encima del umbral de Brix en cualquier medición en cualquier parte de la planta, el cultivo será muy resistente a plagas y enfermedades, de hecho casi se puede decir que será completamente resistente.
Para el caso de este ejemplo de pistacho, una vez que después de realizar una serie de aplicaciones foliares, logramos que el valor de Brix sea mayor de 16 ya no necesitaremos usarlas para mantener la sanidad de las plantas y la resistencia a plagas y enfermedades. En este momento podemos hablar de una agricultura verdaderamente regenerativa.
Entre más saludable se vuelva el ecosistema, cuanto mayor y a mas largo plazo será el efecto de una aplicación foliar y no solo eso, sino que deberán aplicarse menores cantidades de producto para producir una mejor respuesta en el cultivo. Podemos lograr un sistema de sanidad del suelo y las plantas tan activo y autosuficiente que no necesitaremos aplicar constantemente insumos adicionales.
Las enfermedades y plagas siempre atacarán primero la parte más débil de la planta y la parte más débil de la planta para el caso de cultivos reproductivos frecuentemente es el fruto. Es posible que por ejemplo se tenga una hoja que tiene un Brix de 16.0, pero el fruto solo tiene un brix de 4.0; o en algunos cultivos como el maíz dulce, por ejemplo, es posible tener una mazorca con un Brix de 22.0 y la hoja y los tallos tienen un Brix de 3.0 o 4.0 por consiguiente se puede tener algunas plagas alimentándose de este cultivo porque ciertas partes de la planta tienen una baja lectura de Brix.
El objetivo es incrementar el valor de las lecturas de Brix con el tiempo, de modo que una vez que el umbral de éstas sea lo suficientemente alto, ya no se necesite usar aplicaciones foliares para mantener la sanidad
EVALUACIÓN DEL COMPORTAMIENTO DE UNA APLICACIÓN FOLIAR
Un aspecto muy importante al manejar los foliares como sistema es como evaluar su desempeño.
Hay 2 tipos de pruebas generalmente confiables y que nos pueden dar un buen indicio de lo que está pasando. La más valiosa en términos de medición específica de nutrientes asi como de la condición nutricional general de las plantas es el análisis de savia.
Realizar un análisis de savia antes de una aplicación y nuevamente unos días o unas semanas después de la misma, (pueden ser tan solo 48 a 72 horas) nos permite observar cómo cambia el perfil nutricional de las plantas en respuesta a la aplicación de un producto, esto nos puede decir en forma rápida si realmente está funcionando ó no.
Un aspecto interesante es que generalmente cuando se tienen plantas y suelos saludables y se hacen aplicaciones foliares bien preparadas que aumenten la respuesta fotosintética de las plantas, es común ver un incremento en la absorción de nutrientes que no están contenidos en ellas. Por ejemplo, si realizamos una aplicación foliar que contenga Fierro y Manganeso en un cultivo cuyo análisis de savia muestra que está bajo en ambos elementos, en el siguiente análisis de savia podemos observar que los valores de éstos han aumentado de manera sustancial, pero tal vez también han aumentado sustancialmente los valores de Zinc Cobre y Boro (hasta en un 30 a 40%), aun cuando no incluimos ninguno de ellos en la mezcla. Este es un posible efecto de los foliares bien preparados, ya que promueven una mayor actividad fotosintética y al hacerlo inducen una fuerte descarga de azúcares hacia el sistema radical alimentando a la biología y a la biomasa bacteriana presente en el perfil del suelo, mismas que se encargan de mineralizar nutrientes haciéndolos más disponibles para la planta. De esta forma podemos tener una mayor absorción de Cobre y Zinc y Boro aun cuando, para el caso del ejemplo, no se incluyeron en la aplicación realizada.
Otra forma de medir los efectos de una aplicación foliar es observar el comportamiento de una combinación de productos específica aplicándola solamente en un pequeño lote de prueba antes de hacerlo en forma generalizada y medir los Brix en la sección tratada y en la no tratada.
Hay que asegurarse de realizar apropiadamente la aplicación y observar si la lectura de Brix ha aumentado unas pocas horas después de haberla hecho. El objetivo es observar un pico en la lectura de Brix de 2 a 4 hgoras después y comenzar a ver que los picos comienzan a presentarse. Digamos que la lectura de Brix comienza a moverse desde un 3.0, incluso si solo se mueve a 6 u 8 en unas pocas horas, es probable que continúe incrementando hasta 24 ó 48 horas después de la aplicación.
Esta forma de medir la efectividad de una aplicación foliar nos permite probar diferentes combinaciones de productos que se deseen aplicar y determinar a cuales la planta responde mejor. Puede resultar muy sorprendente que las que producen la mayor respuesta del cultivo no siempre son las que esperabamos.
PREPARACION DE LA APLICACIÓN FOLIAR
En muchas ocasiones algunos productores realizan aplicaciones foliares de nutrientes y bioestimulantes y no logran los efectos de los que escucharon hablar o que otros productores están obteniendo, frecuentemente esto se debe a la forma como la aplicación foliar fue preparada.
¿Como preparar aplicaciones foliares que nos permitan obtener la mejor respuesta del cultivo?
Hay una serie de ingredientes que debe contener un foliar bien preparado:
- Agua limpia (Es lo más importante. Se puede reducir sustancialmente el desempeño de una aplicación foliar si no se cuenta con agua limpia)
- Dispersante, adherente o surfactante ( para asegurarse que tendremos una buena adherencia a la superficie de la hoja)
- Nutrientes (elementos minerales como Calcio, Magnesio, Potasio. Todos los que el cultivo necesite de acuerdo a lo indicado por el Análisis de savia o bien de acuerdo a nuestro conocimiento acerca de los procesos fisiológicos y los requerimientos de las plantas en determinada etapa de desarrollo)
- Bioestimulantes vegetales, (pueden ser hormonas o productos como algas)
- Bioestimulantes microbianos (productos que puedan estimular a las poblaciones nativas o inoculadas de microorganismos, por ejemplo sustancias húmicas, ácido fulvico, algas marinas, productos enzimáticos)
- Inoculantes microbianos
Esta es una combinación de productos de diferentes categorías en la que se obtiene un efecto sinérgico. Con una mezcla de este tipo casi invariablemente producimos una mejor respuesta comparativamente a cuando solo aplicamos uno o dos de los tipos de productos enlistados.