ALGUNAS GRANJAS LECHERAS CON SISTEMAS DE LABRANZA CERO PODRIAN BENEFICIARSE DE LA LABRANZA ESTRATEGICA (Jeff Mulhollem, Pennsylvania State University, 2022)

Muchos productores que practican la labranza cero, son reacios a realizar cualquier perturbación del suelo debido a las preocupaciones sobre los impactos negativos en la sanidad del mismo. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de “Penn State University” sugiere que arar los campos una vez después de cinco años en una rotación de cultivos que incluya el establecimiento de cultivos de cobertura y plantas perennes, puede mantener la sanidad del suelo y brindar otros beneficios.

«Aunque la labranza cero ha demostrado ser muy buena para la sanidad del suelo, y su amplia adopción en Pensilvania y el Noreste de EE. UU., ha resultado en una reducción en la erosión y la sedimentación, también  ha llevado  a la aparición de malezas resistentes a los herbicidas, debido a que los agricultores que no realizan labranza, dependen de estos productos para controlar las malas hierbas y terminar con los cultivos de cobertura», dijo la líder del equipo, Heather Karsten, profesora asociada de producción/ecología de cultivos. «Y eso ha creado un gran problema de control de malezas (plantas arvenses)».

Karsten, cuyo grupo de investigación en la “Facultad de Ciencias Agrícolas” durante casi dos décadas ha estudiado cómo las granjas lecheras pueden producir cultivos de manera más sustentable, señaló que la dependencia de herbicidas como el glifosato puede tener impactos ambientales negativos y preocupaciones respecto a la salud humana. En lugar de esto, los científicos de Penn State abogan por el manejo integrado de malezas, que emplea múltiples prácticas para su control.

La agricultura sin labranza tiene muchos beneficios, señaló Karsten, pero una de sus desventajas es que los productores usan herbicidas repetidamente para matar los cultivos de cobertura y las plantas perennes en sus rotaciones. Es una carga ambiental que puede y debe reducirse, argumenta, porque la labranza cero ha sido ampliamente adoptada. Por ejemplo, una encuesta realizada en 2017 por el Departamento de Agricultura de EE. UU. reveló que el 67 % de la superficie cultivada en Pensilvania se manejaba con labranza cero y el 24 % con cultivos de cobertura.

«Cuando se usan herbicidas una y otra vez para “quemar” los cultivos de cobertura y matar las plantas perennes, se produce una selección de las malezas resistentes a los herbicidas y se contamina el medio ambiente», dijo. «Cada vez hay más evidencias de que los herbicidas como el glifosato y el 2,4D, que se usan comúnmente para eliminar cultivos de cobertura y controlar las malas hierbas, plantean algunos problemas para la salud humana, como el linfoma no Hodgkin y alteraciones endócrinas. Estos y otros herbicidas que se usan para controlar las malas hierbas resistentes a los herbicidas también son tóxicas para los organismos del suelo y la vida silvestre».

En un experimento de seis años realizado en el Centro de Investigación Agrícola Russell E. Larson de Penn State, los investigadores compararon dos sistemas de cultivo: un sistema continuo sin labranza que usa herbicidas y un sistema integrado de manejo de malezas que usa labranza estratégica y utiliza menos herbicidas. Midieron los indicadores de sanidad del suelo, como son los niveles deseables de Carbono y los agregados estables al agua, esto se refiere a una calidad deseable de agregación del suelo que promueve su porosidad, facilita la infiltración de agua y aire, reduce la erosión y mejora las condiciones de crecimiento para las raíces de las plantas y los organismos del suelo.

El experimento se llevó a cabo en una rotación de cultivos en granjas lecheras que consiste en:  canola de invierno, o canola más avena, seguida de un cultivo de cobertura de centeno; soya seguida de un cultivo de cobertura de centeno; y maíz para grano o ensilado, seguido de tres años de forraje perenne de alfalfa y pastos de huerto acompañado de un grano pequeño.

En los hallazgos recientemente publicados en Frontiers in Sustainable Food Systems, los investigadores informaron que tomaron muestras del suelo a dos profundidades (2 y 6 pulgadas) para determinar el Carbono total y la densidad aparente. Descubrieron que, a pesar de los menores valores iniciales de sanidad del suelo en el sistema de labranza estratégica, que siguió a la labranza de volteo (labranza tradicional), todas las propiedades del suelo, excepto el carbono lábil, eran similares en ambos sistemas después de dos años de forrajes perennes en el sexto año de la rotación.

El Carbono lábil es la fracción de carbono orgánico del suelo principalmente constituido por compuestos orgánicos simples, aminoácidos, y carbohidratos entre otros compuestos, lo cual facilita el acceso y transformación por parte de los microorganismos. Tiene tiempos de renovación más rápidos por lo que está más disponible para los microorganismos del suelo.

Los hallazgos sugieren que los productores pueden evitar el gasto de aplicar tantos herbicidas y evitar la contaminación de sus ecosistemas al implementar una labranza estratégica muy limitada, explicó Karsten. Y a la larga, la sanidad de sus suelos permanecerá prácticamente sin cambios y protegida.

Hay beneficios adicionales de la labranza estratégica que no se abordaron en esta investigación pero que son importantes, según Karsten. En la labranza cero a largo plazo, las enmiendas del suelo, como el fósforo, pueden acumularse en la superficie del suelo, lo que puede provocar la escorrentía de fósforo y la contaminación del agua. La labranza estratégica involucra estas enmiendas de suelo, incluida la cal, que puede mejorar el pH en la mayor parte del perfil.

Además, la labranza estratégica tiene un efecto disruptivo en las poblaciones de plagas de babosas que prosperan en sistemas de labranza cero y que son particularmente problemáticas en campos sin labranza que tienen grandes cantidades de residuos de cultivos anteriores y cultivos de cobertura (hábitat ideal para las babosas).

«Encontramos, pero no lo reportamos en este documento, que en los años en que las babosas eran problemáticas, sus poblaciones y el daño que ocasionaban al cultivo que se estableció después de la labranza fue significativamente menor, porque la labranza merma sus poblaciones y probablemente destruye sus huevecillos”, dijo Karsten. «Esa es otra razón por la que los agricultores deberían considerar la labranza estratégica. Después de que las granjas se convierten al sistema de labranza cero, recibimos llamadas de los productores preguntando qué pueden hacer para controlar las babosas. La labranza puede reducir las poblaciones de babosas».

Referencias: Pennsylvania State University. (22 de Diciembre de 2022). Some no-till crop rotations on dairy farms could benefit from strategic tillage. Obtenido de PHYS ORG: https://phys.org/news/2022-12-no-till-crop-rotations-dairy-farms.html

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