(Corona, 2021)
La producción de café orgánico se caracteriza por el uso de insumos naturales y prácticas tradicionales que buscan contrarrestar la erosión del suelo, mejorar su fertilidad, mantener la biodiversidad y llevar a cabo un manejo integral del agroecosistema. Por ello, no hace uso de agroquímicos ni de productos de origen transgénico.
Tiene como finalidad alcanzar un producto de alta calidad sin deteriorar el ambiente; para lograrlo, los productores realizan rigurosas labores de cosecha, almacenamiento y transporte. Todo este proceso implica una mayor mano de obra.
Además de contemplar los aspectos ecológicos, también considera las condiciones de vida de los productores. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), hasta 2017, los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Puebla, eran los principales estados productores de café orgánico, con un volumen de producción de 350 mil sacos de 60 kilos, lo que colocó a México como el segundo productor a nivel mundial.
Para que una producción de café se considere de tipo orgánico, debe contar con una certificación que lo avale; sin embargo, muchos de los campesinos no tienen acceso a este tipo de certificaciones, ya que para obtenerlos es necesario pagar una serie de cuotas y en ocasiones no disponen de recursos económicos.
“Más que una certificación, lo que debe estar de base para llamar a algo orgánico, es la constante búsqueda de mantener esos agroecosistemas de manera autónoma, es decir, sin depender de estar poniendo una gran cantidad de insumos externos, sobre todo agroquímicos”, precisa Cecilia González, quien realiza investigación sobre las interacciones ecológicas que ocurren en los cafetales, como parte de sus estudios de doctorado en el Instituto de Ecología de la UNAM.
Variedades de café
A pesar de que existen diferentes tipos de café, los cuales han sido seleccionados o hibridados (cruce de dos líneas diferentes), como el híbrido de Timor, las variedades de café que se siembran actualmente en México pertenecen a las especies arábica (Coffea arabica) y robusta (C. canephora).
Las variedades arábicas poseen mejores cualidades organolépticas que las variedades robustas. Estas cualidades son color, olor, sabor y textura.
En los últimos años se ha comenzado a sembrar muchas variedades de tipo Robusta, en particular para empresas de café soluble, debido a que es más resistente a ciertas plagas y enfermedades. De tal forma que se sacrifica la calidad del café por su cantidad y por un menor riesgo, comenta Emilio Mora, quien estudia la dispersión de la roya en los cafetales como parte de su investigación de doctorado en el Instituto de Ecología de la UNAM.
Beneficios de la producción de café orgánico
La producción de café orgánico emplea diversas técnicas, como el cubrimiento de los suelos con material orgánico (este puede ser composta a base de estiércol de ganado o Vermicompost, que es el compostaje con lombrices), la rotación y asociación de cultivos y la regulación de sombra, entre otros.
Un rasgo distintivo de la agricultura orgánica es que se enfoca en tratar de comprender las relaciones ecológicas e incluso las relaciones biofísicas y bioquímicas que sostienen la producción en los agroecosistemas, destaca la maestra en Ciencias Biológicas, Cecilia González.
En la mayoría de los casos, la producción de café orgánico se lleva a cabo por indígenas y campesinos de la región, quienes poseen superficies menores a cinco hectáreas. Este tipo de producción es de carácter minifundista; en ella participan diferentes miembros de una familia, y en ocasiones forman cooperativas.
La fuerza de trabajo familiar o en equipo resulta un factor importante para este tipo de agricultura, por ello no se debe dejar de lado la cuestión social. Gracias al trabajo de los caficultores, ya sean mujeres u hombres, es posible obtener un café sano que nos aporte beneficios.
En la parte ecológica, este tipo de cultivo permite la protección de la cobertura de los suelos; el aumento de las interacciones de las redes ecológicas y el tipo de sistemas autónomos que pueden existir en los cafetales; aunado a la regulación biológica interna, comentó el maestro en Agroecología, Emilio Mora.
La protección del suelo es posible mediante el suministro de abono orgánico. El manejo e incorporación de rastrojos y la cobertura del suelo con restos de poda, ayudan a mantener la humedad, la temperatura y aumenta la biodiversidad de los microorganismos del suelo.
“Los cafetales con diferentes tipos de árboles permiten el establecimiento de aves, murciélagos y hormigas, entre otros organismos, los cuales promueven funciones bióticas al interior del cafetal, pero también en los bosques circundantes”, comentó la investigadora Cecilia.
Es posible encontrar diversas interacciones entre las especies que habitan los cafetales, y algunas resultan ser benéficas para el propio cultivo. “La idea de tratar de entender estas interacciones es ver qué organismos pueden ser muy importantes para la dinámica del ecosistema en general”. Sin embargo, la dinámica ecológica es compleja y no siempre las especies se benefician unas a otras, un ejemplo de ello son las plagas y enfermedades.
Plagas y enfermedades presentes en los cafetales
Anteriormente los cafetales sembrados en altitudes bajas, entre los 600 y 800 metros sobre el nivel del mar, desarrollaban enfermedades como la roya (hongo fitoparásito). Las condiciones de humedad y temperatura que presentaban estas zonas, eran óptimas para su reproducción. En los últimos años, esto ha cambiado y sin importar la altitud en la que se siembre café, es posible encontrar este problema.
“Los cambios en la temperatura, en los vientos y en el patrón de lluvias en los últimos años, permitieron que el hongo pudiera alcanzar y completar su ciclo de vida en altitudes superiores, donde tampoco existían muchos depredadores del mismo. Entre otras cosas, esto ocasionó la gran epidemia de roya entre el 2012 y 2015, que conllevó una enorme crisis cafetalera a nivel mundial”.
Este hongo daña las hojas y aumenta la defoliación, lo que ocasiona un cambio entre la cantidad de elementos que puede sostener el cafeto y la superficie que tiene para generar energía a través de la fotosíntesis; por ende, la producción de café disminuye, comentó el investigador Emilio Mora.
El control de plagas y enfermedades es uno de los mayores desafíos de la producción de café orgánico. Para prevenir su dispersión se busca crear barreras de viento, poner árboles entre las parcelas o rodear los cultivos con otros tipos de árboles de la región.
Actualmente se desarrollan líneas de investigación que buscan comprender la compleja red de interacciones de diversos organismos que viven en los cafetales, y los factores que propician la dispersión de plagas y enfermedades, con la finalidad de contar con medidas naturales para promover un autocontrol en los cultivos.
Referencia:
Corona, M. (15 de Diciembre de 2021). ¿Por qué es importante la producción de café orgánico? Obtenido de Ciencia UNAM: http://ciencia.unam.mx/leer/1205/-por-que-es-importante-la-produccion-de-cafe-organico-
