FÓSFORO: LA NUEVA ARISTA DE LA CRISIS GLOBAL AMBIENTAL. (Tapia-Torres & Viladomat-Jasso, 2016) 1era Parte

El fósforo (P) es un elemento químico indispensable para la vida por muchas razones. Su principal función es la formación de biomoléculas claves que todos los organismos necesitamos, pero también el fósforo se requiere en grandes cantidades para que las plantas puedan crecer rápidamente. Existen muchos otros ejemplos que resaltan su importancia: el P permite a las células contar con energía mediante el adenosin trifosfato (ATP), también es necesario para mantener un balance hídrico adecuado por acción de los fosfolípidos y por último, permite guardar y transmitir de generación a generación, la información genética en la molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico). Por lo que todos los organismos necesitamos adquirir P de nuestro entorno para poder realizar estas funciones básicas.

Las plantas y los microorganismos tienen que tomar el Fósforo de la solución del suelo en su forma disponible (ortofosfato) y el resto de los organismos lo adquirimos por medio de nuestros alimentos, por lo que el P que usamos la mayoría de los organismos vivos, es el absorbido primeramente por las plantas. A diferencia de otros elementos, el fósforo no se encuentra libre en la naturaleza, dependemos de él para abastecer la producción agrícola mundial. Este elemento se obtiene de minerales y de desechos animales, particularmente del guano de aves. Por lo tanto, es una limitante para la producción agrícola, y en los ecosistemas el suministro natural de este elemento tampoco es abundante. En la actualidad existe una gran demanda de P para producir fertilizantes fosfatados, que se utilizan tanto en la agricultura como en procesos industriales. Sin embargo, la disponibilidad futura del P está fuertemente comprometida a nivel mundial, porque las reservas de las minas de este elemento se han reducido alarmantemente.  Si se mantiene la extracción de fósforo con su tasa actual de aproximadamente 24 millones de toneladas por año, se tendrán problemas de abastecimiento a partir del 2030.

Aunado a este problema, las principales minas existentes en el mundo se encuentran en pocos países. Por ejemplo, el 80% de las reservas de fósforo se encuentran solamente en: Marruecos, China, Jordania y Sudáfrica.

Ilustración 1. Distribución global de las reservas de fosfato. Datos de United States Geological Survey (USGS) 2009

En el futuro cercano, una vez agotadas las reservas de fósforo, la única alternativa que nos quedará para que los seres vivos continúen abasteciéndose de este elemento, sería a través de su reciclaje natural, es decir el que esté disponible en los ecosistemas, ya que no existe a la fecha ningún método que permita fabricar fertilizantes fosfatados de manera artificial. Toda esta situación representa un gran reto para la sustentabilidad, sin embargo, rara vez se menciona este asunto en los medios noticiosos o en la literatura científica. Hay que tener muy claro que se requiere de una búsqueda urgente de soluciones, las cuales permitan que los seres vivos (especialmente los cultivos de los que depende la humanidad), en el futuro puedan tener acceso al Fósforo, indispensable para sus funciones vitales.

En la mayoría de los ecosistemas, el “presupuesto” de P depende de que éste sea reciclado de las diversas moléculas orgánicas que lo contienen.

En el suelo existen principalmente dos grupos de moléculas orgánicas que contienen fósforo: los ésteres de fosfato y los fosfonatos (ilustración 2). Los ésteres de fosfato son moléculas en donde el P está unido directamente al oxígeno (RO-P) y en los fosfonatos el P está unido directamente al Carbono (C-P). Los fosfonatos son moléculas más estables, debido a que el C y el P están unidos directamente, por lo que se requiere de mayor energía para romper esta molécula.

Ilustración 2. Imagen obtenida de espectrometría por resonancia magnética que muestra la variedad de formas químicas de Fósforo (P) en una muestra de suelo

Referencias:

Tapia-Torres, Y., & Viladomat-Jasso, M. (2016). Fósforo: la nueva arista de la crisis global ambiental . Oikos, 22-24

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