El nivel 1 de la Pirámide de Sanidad Vegetal hace referencia a alcanzar una fotosíntesis eficiente y el hecho de que las plantas elaboren materia orgánica mientras se está produciendo un cultivo se basa en ello.
En un cultivo normal de maíz, la mayoría de las plantas están fotosintetizando aproximadamente a un 15-20% de su capacidad genética inherente, lo que significa que están produciendo del 15-20 % de los azúcares que podrían estar produciendo en cada fotoperiodo de 24 horas; de aquí es de donde proviene la biomasa de la planta, el llenado de fruto y el rendimiento. Si se logra aumentar la capacidad fotosintética del cultivo, digamos que del 15 al 60%, esto significaría cuadruplicar la producción de azúcar cada fotoperiodo de 24 horas y si la producción de azúcares se incrementa en un factor de 3 ó 4X, se obtendrá mayor biomasa vegetal y mayor rendimiento; sin embargo el aumento en rendimiento no será de 4X, ésta no es una expectativa realista ya sea que se trate de maíz o de cualquier otro cultivo. Lo que sucede con este excedente de azúcares es que en su mayor parte bajan al sistema de raíces donde son expulsadas como exudados.
Siguiendo con el caso del maíz. A partir del momento en que se siembra la semilla y hasta que se cosecha, la producción total de azúcares de esa planta es un acumulado del 100%. Este 100% se va a dividir en 4 partes casi exactamente iguales. En lo que respecta a la parte aérea, el 25% se utiliza para formar la biomasa de la planta y el 25% ingresa al grano; mientras que bajo el suelo, el 25% constituye la biomasa del sistema de raíces y el 25% sale a traves de ellas en forma de exudados. Esta es la manera como la planta distribuye los azúcares a lo largo de su ciclo de vida y dicha distribución ocurre en forma diferente en sus distintas etapas de desarrollo.
Ahora bien, en base a las investigaciones realizadas y a la experiencia de campo, hemos visto que la partición mencionada (25, 25, 25,25); 50% por encima del suelo y 50% por debajo de éste, solo ocurre cuando la planta cruza el umbral de aproximadamente 60% de eficiencia fotosintética. En otras palabras la mayoría de los productores nunca ven esto ya que muy rara vez se tienen plantas con éste nivel de fotosíntesis y si no están en ese nivel, las proporciones de partición cambian. Esto significa que si el 100% de la producción de azúcares disminuye sustancialmente, a medida que se reduce, se tendrá una cantidad equivalente de biomasa en la planta; es decir, en lugar de tener 25% en la biomasa vegetal se podría tener un 35% y en el grano un 30%, lo que representaría tener 65% en la parte aérea y por consiguiente solamente un 35% por debajo del suelo. Lo anterior marca una diferencia fundamental entre las plantas sanas y las no sanas y en el hecho de que las plantas poco saludables realmente remueven la materia orgánica del suelo mientras que las plantas saludables producen materia orgánica en el suelo.
Dado que todo comienza con la fotosíntesis, tanto nuestro sistema nutricional como nuestro protocolo de manejo debería orientarse hacia la idea de hacer todo lo que esté al alcance para incrementarla. A nivel práctico, si el enfoque se pone en este objetivo, se puede lograr esa eficiencia del 60% ó más y entonces todo lo demás fluirá como una cascada y se ordenará por si mismo.
Las aplicaciones foliares son una herramienta que nos sirve para lograr este objetivo y poder manejar el sistema a nuestro favor, adicionando la menor cantidad de producto para obtener la mejor respuesta posible. Cuando se realiza una aplicación foliar se está haciendo trabajar y aprovechando el motor fotosintético de la planta, al que se le pueden poner unos cuantos gramos de ingrediente activo por hectárea (por ejemplo de Manganeso) y lograr que pase muy rápidamente de 100 rpm a 1000 rpm. Se puede producir mucho más potencia de caballos de fuerza la cual es completamente desproporcionada en relación a la cantidad de producto que se aporta. No hay nada que sea tan efectivo como las aplicaciones foliares para aumentar el rendimiento y al mismo tiempo favorecer la sanidad del suelo.
El maíz es uno de los mejores cultivos para construir materia orgánica porque es un fotosintetizador muy eficiente que con el uso de aplicaciones foliares y un manejo adecuado puede cambiar su perfil de azúcares y mover una gran cantidad de ellas a la raíz, de tal manera que al tiempo que se incrementa su productividad se puede producir una ganancia en el contenido de materia orgánica del suelo en corto tiempo (2 años) y a bajo costo.
Fuente: “Why are spider mites only attracted to certain fields?”
John Kempf et al. Advancingecoag.com