Empezar desde el principio

Como consecuencia del uso excesivo de sales químicas y de pesticidas, es muy común tener suelos contaminados, con desequilibrios minerales, con bajo contenido de MO y poca actividad biológica.
Si sabemos que el suelo es un sistema vivo y dinámico que está en constante interacción con la planta, luego entonces trabajar en suelos “enfermos” en mayor o menor medida dificulta alcanzar el objetivo de producir cultivos sanos con altos rendimientos, buena calidad y a bajo costo.

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Un factor clave de nuestra propuesta de sustentabilidad para lograr incrementos en el rendimiento con la mejor calidad y al mismo tiempo reducir el costo por kilo producido es poner atención a la condición del suelo. Hay 4 aspectos fundamentales en los que se debe trabajar para que éste alcance y mantenga su equilibrio:
1. Minerales: Con ellos la planta elabora los compuestos que necesita para el crecimiento, desarrollo y protección (azúcares, grasas, aminoácidos, proteínas, metabolitos secundarios, etc.). Además de encontrarse en el suelo, deben estar presentes en determinadas proporciones; esta es una consideración importante en el momento de seleccionar los insumos que se utilizarán como enmiendas.
2. Materia Orgánica: Una vez humificada, es el hábitat para los organismos que viven en el suelo y funciona como almacén de una gran diversidad de nutrientes en forma quelatada (lo que es particularmente importante en el caso de micros y elementos traza); de aquí la relevancia de conocer la calidad de la fuente que se aporta.
3. Microorganismos: Son los encargados de nutrir a la planta en forma natural y asimismo establecen con ella un vínculo de protección ante la presencia de plagas y enfermedades. Es importante tener un buen número de microorganismos pero igualmente importante es contar con la mayor diversidad posible.
4. Manejo agronómico: Es primordial la adopción de prácticas agrícolas que favorezcan el desarrollo y eviten la destrucción de los elementos mencionados en los tres puntos anteriores (cultivos de cobertura, inoculación de vida al suelo, aportaciones de MO y minerales, incorporación de desechos de cultivo, etc.)
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El equilibrio de estos 4 aspectos nos lleva a tener un suelo sano con un adecuado nivel de fertilidad y características estructurales que facilitan a la planta tomar la nutrición requerida.
Una vez que conocemos la condición en que éste se encuentra podemos sugerir al agricultor un programa para su recuperación a corto, mediano y largo plazo, y a su vez proponerle un programa de nutrición más eficiente (suelo-foliar), en el que se cubran las deficiencias encontradas y lo que es igualmente importante, se eviten los excesos. En otras palabas es hacer más eficiente el uso de recursos en lo que se refiere a la nutrición.
Nuestra propuesta de valor y oferta de asesoría comienza desde la base………..El Suelo.

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