“Somos lo que comemos” (Ludwig Feuerback, 1804-1872) y “Deja que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento” (Hipócrates, 460-370 aC) son dos ideas que provienen de tiempos muy antiguos y que señalan la conexión que existe entre la salud del Suelo y la del Ser humano.
Un porcentaje considerable de las enfermedades conocidas (considerando que se tiene un estado de salud óptimo, es decir, que no existe predisposición genética a algo), se atribuyen a una mala nutrición, ya sea por carencias de vitaminas y minerales, deficiencias de grupos alimenticios o por exceso de alimentos “muertos” (comida “chatarra” o productos con bajo contenido nutricional).
Hoy en día es bien reconocida la influencia que tiene el suelo en la salud humana por lo que respecta a su impacto en la calidad de los productos que de él se obtienen y que son la base de nuestra alimentación diaria. De lo anterior se desprende la necesidad de poner más atención a la condición en la que se encuentra nuestro suelo (de ser posible, previamente al establecimiento de un cultivo), ya que ésta afectará directamente ya sea en mayor o menor medida, tanto el nivel de rendimiento como la calidad de la producción. Un suelo enfermo y/o desgastado, no tiene la capacidad de proveer la nutrición necesaria para el crecimiento y desarrollo de las plantas, lo que significa menor producción y alimentos con baja densidad nutricional.
El principal objetivo de la agricultura actual es proporcionar un adecuado abasto de alimentos de buena calidad. Desafortunadamente con el fin de alcanzar dicho objetivo, en muchas ocasiones se hace uso excesivo de prácticas como la fertilización química y la química de rescate para cubrir las necesidades de producción.
El uso excesivo de insumos de síntesis química tanto para nutrición como para control fitosanitario, ha propiciado la pérdida de actividad biológica, de humus y de minerales, lo que nos ha llevado a tener suelos enfermos y desgastados, con grandes desequilibrios nutricionales que se manifiestan en el rendimiento y la calidad de los cultivos que se producen.
Estas carencias nutricionales, así como la presencia de plagas y enfermedades cuya presencia se repite en cada ciclo de cultivo, cada vez requiere de mayores niveles de intervención química que, a su vez, exacerba aún más el daño al suelo y la problemática del cultivo. Se trata de un círculo vicioso que desafortunadamente mantiene a muchos productores en una costosa problemática de producción y muy alejados de alcanzar la sustentabilidad.
Mantener la fertilidad del suelo es pues fundamental para cualquier sistema de producción agrícola. Esto significa mantener en el tiempo:
– Su capacidad de dar un apropiado suministro de nutrientes al cultivo (características químicas)
– Sus características estructurales (características físicas)
– La biología que lo habita (en el nivel micro y macroscópico)
Conocer los indicadores del nivel de fertilidad del suelo como son textura, CIC, pH, contenido de MO, niveles de macro y micronutrientes etc., nos permite diseñar e implementar técnicas adecuadas de nutrición y manejo agronómico con la finalidad de maximizar su capacidad productiva y por tanto el rendimiento de nuestro cultivo. Dado que una buena base para producir alimentos densos en nutrientes se encuentra en la condición del suelo, su degradación es uno de los problemas más importantes a prevenir y remediar en cualquier sistema de producción agrícola.
Para ello, todo productor debe tener presente que El suelo es, en principio, el encargado de satisfacer la demanda nutricional de cualquier cultivo. De aquí la importancia de conocer su composición y las propiedades físicas y químicas que se derivan de ella, pero más importante aún es tomar conciencia y ver EL SUELO como lo que realmente es: un sistema vivo y dinámico que se encuentra en constante interacción con la planta. El manejo del suelo ya sea para recuperar, mantener y mejorar su nivel de fertilidad es base de nuestra propuesta de sustentabilidad, aplicar a nuestros suelos y cultivos una gran cantidad de productos químicos cada vez más fuertes y con poca respuesta es ir en sentido contrario…..