Parte 9
Criterios para posicionar los bioestimulantes en un sistema agrícola
A medida que hemos venido trabajando con muchos productores que producen una amplia variedad de cultivos en diversos entornos, al igual que con diferentes enfermedades, hemos observado una evolución gradual de las plantas. Es decir, se vuelven resistentes a distintos tipos de enfermedades e insectos plaga de acuerdo a lo que ocurre dentro de ellas desde la perspectiva de la fisiología vegetal.
De ahí que elaboramos el siguiente diagrama al que llamamos «La Pirámide de Sanidad Vegetal», misma que describe algunas de las cosas que hemos visto que ocurren y de la cual haré una descripción general muy rápida.

La base de la pirámide se establece cuando tenemos plantas que están realizando una fotosíntesis plena, lo que significa que suceden 2 cosas:
1.- El volumen de producción de azúcar en cada período de 24 horas aumenta de un 50 hasta un 300 por ciento aproximadamente y
2.- Las plantas comienzan a producir carbohidratos mas complejos, de cadenas mas larga. Hay más polisacáridos y menos monosacáridos en la savia.
En consecuencia, las plantas se vuelven resistentes a todos los hongos patógenos transmitidos por el suelo, como Rhizoctonia, Pythium, Fusarium, etc.
En el segundo nivel de la pirámide, las plantas comenzarán a producir proteínas completas, y asi, ahora se vuelven resistentes a todos los insectos que tienen sistemas digestivos simples (insectos chupadores y masticadores), como los pulgones y saltamontes, y a todas las larvas, por ejemplo, el falso medidor de las crucíferas y el gusano del cuerno del tomate
En estos dos primeros niveles se logra lo que conocemos como Inmunidad Pasiva, en la que simplemente eliminamos la fuente de alimento para los potenciales patógenos.
Después, alcanzamos el tercer y cuarto nivel de la Pirámide cuando las plantas comienzan a producir niveles más altos de lípidos, grasas, aceites y metabolitos secundarios como las fitoalexinas, los terpenoides, sesquiterpenos y bioflavonoides. Todos estos son compuestos que las plantas producen en concentraciones mas altas y esto es la Inmunidad Activa.
Cuando activamos la vía SAR y la vía ISR obtenemos una respuesta inmune muy fuerte y muy pronunciada que realmente puede matar enfermedades e insectos plaga, lo cual es estupendo y se puede lograr.
Al pensar en los patrones de manejo, debemos considerar los procesos que ocurren sistemáticamente en las plantas y tratar de eliminar la causa raíz de por qué tenemos presencia de plagas y de enfermedades. Aquí es donde los bioestimulantes pueden ser excepcionalmente contundentes, porque cuando se combinan con productos nutricionales, realmente pueden acelerar el desarrollo y la sanidad de las plantas y ayudarnos a producir Inmunidad Activa muy rápidamente.
Anteriormente mencioné el impacto de la química de rescate y la idea de la síntesis de proteínas versus la proteólisis. Comenté brevemente acerca de la capacidad de las plantas para desarrollar proteínas completas versus proteínas incompletas cuando tenemos niveles altos de nitratos y aminoácidos en la savia.
Me parece muy interesante que cada vez que aplicamos pesticidas sintéticos, como insecticidas, fungicidas, etc., esto en realidad puede cambiar la actividad de una planta de la síntesis de proteínas a la proteólisis y provocar una mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades. A menudo, cuando comenzamos a trabajar con productores que desean reducir el uso de pesticidas, no les pedimos que detengan inmediatamente todas las aplicaciones de estos, tenemos que ganarnos el derecho a suspender su uso.
Si queremos empezar a trabajar con bioestimulantes es muy importante empezar a realizar un manejo predictivo, y de ser posible, evitar el uso profiláctico de insecticidas y fungicidas. Es decir, evitar usarlos como un mecanismo de defensa, o antes de que haya un problema real presente, ya que esto puede tener el efecto opuesto. En otras palabras, puede aumentar la susceptibilidad al problema que estamos tratando de evitar.
Lo anterior fue descrito por primera vez por Francis Chabot en un libro titulado “Cultivos saludables”, el cual está disponible en línea.
Francis hizo un gran trabajo al describir la síntesis de proteínas versus la proteólisis. Desde entonces, ha habido mucha investigación adicional. Se han aprendido muchas cosas nuevas sobre inmunidad vegetal, pero algunas de estas ideas fundamentales acerca de la integridad de los compuestos que la planta está produciendo para la resistencia a enfermedades e insectos plaga, siguen siendo muy valiosas y se mantienen vigentes.
Resumiendo podemos decir que los caminos para obtener la mejor respuesta de los bioestimulantes son:
– Utilizarlos como parte de un sistema integrado, tratando de realizar un manejo predictivo y preventivo, porque ahí es donde los bioestimulantes encajan mejor.
– Debemos intentar reducir y evitar el uso de productos químicos de rescate tanto como sea posible, porque estos generalmente tienden a tener un efecto muy antagónico con los bioestimulantes que se encuentran en el sistema.
– También hemos observado que tratándose de bioestimulantes, el momento y la consistencia de la aplicación son absolutamente críticos, ya que esto hace que se tenga un impacto mucho mayor en el comportamiento del producto, que el que se tendría con las típicas aplicaciones de nutrientes (por ejemplo aplicaciones de potasio y fósforo).
-La diferencia entre el comportamiento promedio y el comportamiento excepcional de los bioestimulantes es la intensidad de manejo. Es decir, cuando los productores están en el campo prestando mucha atención a lo que ocurre con su cultivo, tratando de posicionar las aplicaciones de nutrientes y bioestimulantes a fin de obtener la mayor respuesta posible de las plantas. Constantemente están ahí afuera, monitoreando y manejando lo que esta sucediendo ya sea todos los días, o cada dos días, en lugar de espaciar las aplicaciones con varias semanas o más de diferencia.
Referencia: “How to Manage Microbial Bioestimulants” Webinar by John Kempf. Advancing Eco Agriculture
