Parte 13
Biodiversidad del Suelo y Biotecnología
El biocontrol de plagas es el uso de “enemigos” naturales como agentes de control biológico, como depredadores, parásitos o patógenos, para controlar o reducir la población de una plaga determinada. A menudo se utiliza como alternativa al uso de pesticidas. El uso de pesticidas de amplio espectro puede ser muy problemático ya que a menudo actúan tanto sobre insectos dañinos como sobre insectos que son benéficos para los cultivos. También existe la posibilidad de que estos productos químicos lleguen al agua subterránea o a cualquier vía fluvial cercana y provoquen contaminación. El biocontrol es un método que puede utilizarse para reducir la necesidad de aplicaciones a gran escala, de pesticidas de amplio espectro.
Cuando la plaga es un patógeno, como en el caso de las enfermedades de las plantas, el agente de control biológico suele denominarse “antagonista”. El control biológico generalmente se divide en tres tipos diferentes de estrategias, denominadas:
• Conservación, donde se tiene cuidado de que los agentes naturales de control biológico no son erradicados por otros procesos de control de plagas.
• Control biológico clásico, donde se introduce un agente de control biológico en un área para controlar una especie de plaga.
• Control biológico aumentativo, que implica la liberación suplementaria de un agente de control biológico. Con frecuencia es este tercer tipo de control biológico el que utiliza la biota del suelo. Por ejemplo, los nematodos entomopatógenos a menudo se liberan en cantidades de millones o incluso miles de millones por acre para el control de ciertas plagas de insectos que habitan en el suelo Kerr (1982) indicó que los organismos de biocontrol ideales deben incluir las siguientes características:
1.- El organismo debe sobrevivir en el suelo en forma activa o inactiva durante un periodo prolongado.
2.- El organismo debe entrar en contacto con el patógeno directa o indirectamente mediante difusión de sustancias químicas.
3.- La multiplicación en el laboratorio deber ser sencilla y económica.
4.- Debe ser susceptible de un proceso de envasado, distribución y aplicación, que sea simple, eficiente económico.
5.- Si es posible, debe ser específico para el organismo objetivo; cuanto más específico sea, menos trastornos ambientales causará.
6.- No debe representar un peligro para la salud en su preparación, distribución y aplicación.
7.- Debe estar activo bajo las condiciones ambientales apropiadas.
8.- Debe controlar el patógeno objetivo de manera eficiente y económica.
La biodiversidad del suelo claramente tiene muchos más usos actuales y potenciales para la biotecnología y ésta es un área de investigación en curso. Una cosa está clara: por cada organismo que se extingue en el entorno del suelo, como ocurre con otros ecosistemas, también se pierde potencialmente parte de la biotecnología aún no descubierta. Es vital, por tanto, que la biodiversidad del suelo se conserve tanto como sea razonablemente posible y que se genere conciencia sobre esta necesidad entre la comunidad científica y el público en general.
Referencia: Gardi Ciro and Jeffery Simon. Soil Biodiversity. Joint Research Centre, Scientific and Technical Reports Institute for Environment and Sustainability. Land Management & Natural Hazards Unit.

