El suelo puede almacenar Carbono, en consecuencia, hay un enfoque cada vez mayor en el contenido de Carbono del suelo y en cómo aumentarlo o mantenerlo. Esto es debido a que el suelo también puede perder Carbono en forma de gases a partir de la descomposición microbiana, en cuyo caso el suelo inesperadamente puede contribuir al cambio climático en vez de mitigarlo. Pero para mantener o incluso incrementar la cantidad de Carbono, los agricultores necesitan conocer cuál es el contenido de Carbono de su suelo en la actualidad.
El suelo contiene Carbono en forma de materia orgánica. Este es material que proviene de plantas, tal como raíces o residuos vegetales (por ejemplo, el caso de los cultivos de cobertura). Otra fuente de Carbono es la materia orgánica añadida (por ejemplo, el estiércol).
La materia orgánica se descompone en el suelo y tiene un impacto en su estructura y su capacidad de retención de humedad. Asimismo, la materia orgánica ayuda a sustentar los microorganismos del suelo. Los hongos y las bacterias descomponen la materia orgánica y liberan nutrientes a las plantas.
«El suelo simplemente almacena Carbono y, al hacerlo, puede ayudar a reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera. También puede perder Carbono a través de la descomposición microbiana y, por lo tanto, contribuye al cambio climático en lugar de mitigarlo», dice la estudiante de Doctorado Laura Sofie Harbo del Departamento de Agroecología de la Universidad de Aarhus. Ella explica que, por lo tanto, es importante poder estimar los cambios en la cantidad de Carbono en el suelo, porque cualquier incremento en su contenido puede ayudar a compensar otras emisiones.
«Los Bonos de Carbono y la contabilidad climática son conceptos nuevos que han surgido a medida que el cambio climático se vuelve más real. Los Bonos de Carbono es un concepto que cubre la posibilidad de poder comprar almacenamiento de Carbono, por ejemplo, a un agricultor, es decir, se puede ofrecer una compensación por reducir sus
propias emisiones», explica Laura Sofie Harboe.
Las rocas marcan la diferencia
Tanto la contabilidad climática como los esquemas como los bonos de Carbono requieren estimaciones confiables y precisas de la cantidad de Carbono orgánico en el suelo y de los cambios en la reserva de Carbono del suelo.
«En 1985, se creó Kvadratnettet. Es una red nacional sueca con un total de 830 puntos de medición que cubren aproximadamente 600 hectáreas de tierra agrícola. En 1986 y tres veces desde entonces (1997, 2009 y 2019), se han recolectado muestras de suelo para analizar la concentración de Carbono y poder calcular la cantidad de Carbono por hectárea, así como para monitorear los cambios en el contenido de Carbono del suelo a lo largo del tiempo», dice Laura Sofie Harbo.
En un nuevo estudio, ella ha ayudado a refinar y mejorar estas mediciones. Hay una serie de factores que pueden complicar los cálculos del contenido de Carbono en el suelo.
«Ante todo, es importante contar con una medición precisa y representativa del contenido de Carbono del suelo. Esto es importante porque el Carbono puede distribuirse de manera muy desigual en el suelo, de ahí que incluso una pequeña desviación en la medición puede causar imprecisiones en las estimaciones», explica.
En segundo lugar, el nuevo estudio muestra que es necesario conocer la densidad aparente del suelo, así como su contenido de roca, para calcular con precisión el contenido de Carbono en toneladas por hectárea. Esta es información que no se ha utilizado previamente para calcular las estimaciones de Carbono para las tierras agrícolas danesas, y marca una gran diferencia.
«Cuando usamos esta nueva información sobre la densidad aparente del suelo y el contenido de roca, las estimaciones de la cantidad de Carbono orgánico se vuelven más precisas», explica Laura Sofie Harbo.
En promedio, los investigadores encontraron que el contenido de Carbono medido con el nuevo método fue un 5.0 % más bajo que con el método anterior, que no consideraba las rocas del suelo.
«Las rocas no contienen Carbono orgánico, por lo que, si esto no se toma en cuenta, siempre se terminará sobreestimando la reserva de carbón del suelo», dice Laura Sofie.
Las tendencias toman tiempo
«Es importante que los agricultores obtengan estimaciones precisas de sus suelos, para que puedan ajustar sus operaciones ya sea para aumentar o mantener el Carbono que ya tienen, de manera que no contribuyan a las emisiones adicionales de gases climáticos», dice Laura Sofie Harbo, quien explica que un inventario anual de la reserva de Carbono no será el camino a seguir, incluso si la nueva metodología proporciona estimaciones más precisas que antes.
«Lleva tiempo acumular Carbono en el suelo, lo que significa que las acciones que tomamos hoy no serán medibles mañana. En la práctica, pasarán varios años antes de que las mediciones muestren una tendencia estadísticamente significativa», dice.
El trabajo se publicó en la revista Geoderma Regional.
Referencias:
Aarhus University. (31 de Enero de 2023). Estimating organic carbon stocks of mineral soils in Denmark: Impact of bulk density and content of rock fragments. Obtenido de PHYS ORG: https://phys.org/news/2023-01-carbon-stocks-mineral-soils-denmark.html

